La lluvia rumorosa me arrulló toda la noche. La noche desolada, tibia, con sus ecos crujientes de madera. Noche de luna oculta tras la niebla, noche de corazón oscuro y denso.
Como la lluvia, goteo por largas horas. Caen gotas de recuerdos, de palabras que encharcan mi libreta.
Voz de lluvia que mojada dice que toda tempestad termina, que no son para siempre los relámpagos.
Más ariba del cielo, encima del océano, está otro cielo. Una gotera final me lo recuerda: no es definitiva mi tormenta.
Canción nocturna
Hay una cuerda tocando cada noche
templando soledades con su acorde.
Un tempo vibra dándome tibieza
dejando que el dulce aire de la flauta
sople en mis horas de angustiada vela.
Vengan las notas a dar color al alma,
que se aposenten azules en mi sangre,
que canten su melodía serena
mientras dormito buscando mi mañana.
Como la lluvia, goteo por largas horas. Caen gotas de recuerdos, de palabras que encharcan mi libreta.
Voz de lluvia que mojada dice que toda tempestad termina, que no son para siempre los relámpagos.
Más ariba del cielo, encima del océano, está otro cielo. Una gotera final me lo recuerda: no es definitiva mi tormenta.
Canción nocturna
Hay una cuerda tocando cada noche
templando soledades con su acorde.
Un tempo vibra dándome tibieza
dejando que el dulce aire de la flauta
sople en mis horas de angustiada vela.
Vengan las notas a dar color al alma,
que se aposenten azules en mi sangre,
que canten su melodía serena
mientras dormito buscando mi mañana.
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