Para Andrés Manuel López Obrador
decido alimentar esta hora incierta.
Tal vez mañana pierda la memoria
del horror y el dolor que me acompañan.
Tantos huesos sembraron los caminos
que una fosa descomunal
era la patria.
Llanto y oscuridad y crímenes arteros
pétalos reventados e la asfixia
territorio de huérfanos, la patria.
Cada flor un dolor, una astilla
zozobra nuestro pan cada mañana
sueños que siempre se tornan pesadillas.
Y luego de luchar contra gigantes
el calendario marca un tiempo nuevo
en el que se levantan mis hermanos
con los ojos abiertos
y las manos prestas.
Promete primavera y brotes nuevos,
promete acompasar los corazones
un poco lejos del horror, tan sólo un poco:
hacen falta más días y voluntades
para que el árbol renueve sus raíces.
Hoy amanece con sol, con lluvia o frío,
con el sagrado pan de la esperanza.
Liz Durand Goytia
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