Ahora mi amiga Karla tomó la estafeta y el próximo sábado 4 de febrero será la GratiFeria en su casa, en la Col. Revolución. Además de servir en algo a paliar la necesidad de algunas personas a quienes les sirven cosas que no usamos, tenemos el gusto de convivir con ellas, de recibir su gratitud y bendiciones para continuar con estas labores siempre que podamos. Ver a los niños cuando descubren juguetes, al señor que buscaba una faja para su cintura y se llevó el cinturón para hacer pesas, la cafetera que siempre había querido una señora, es de verdad tan gratificante como haber encontrado una misma esos artículos necesitados. Alimento para el espíritu en lo personal, de acuerdo, pero me interesa el aspecto colectivo, esa sensación de que nos hacemos uno con nuestras necesidades y ganas de apoyarnos, ese compromiso que adquirimos con la solidaridad y que nos permitirá en algún momento ser recíprocos. Una maravillosa idea que ojalá diera la vuelta al mundo, que cada uno de ustedes...
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias