La primera vez que estuve en contacto con ellos fue en los noventa, durante el Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, es decir, en la región mixteca, la sede fue por mucho tiempo en Huajuapan de León. Se me acercó una pareja mientras almorzaba yo, preguntando si me podían hacer una entrevista. Nunca antes me habían hecho semejante petición, y me sentí tan importante -fue común en esos días allá- que accedí de inmediato, así que terminé mi pozole y nos fuimos a sentar a un rincón. Entonces supe que ellos eran profesores y su interés era saber qué podía yo, además de dejar mis poemas en sus plazas y escuelas, hacer por su comunidad. Menudo compromiso, pensé: no tengo recursos económicos, no sé cómo ayudar. Se los dije honestamente y me sugirieron que los apoyara con talleres para niños. Sin pensarlo dije que sí, a pesar de que...
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias