Te busco a ti, palabra, morada de mi corazón cristalizado. Espero por tu sol, tu viento dulce que derrite al hielo del dolor. Te busco a ti, palabra, laberinto que acoge con ternura, calor que me guarece del graznido de esta noche sin alas. A ti te busco en el cajón más negro de mis días, en el momento en que rota me deshojo; busco tu redondez de luna llena, tu voz enmielecida, tus rasgos de rapaz huidizo porque es muy densa la pena que me agobia y alcanza para que se oscurezca mi morada. Mi frente asoma por la reja para saber que estás, estrella, palara de mil picos que se rompe sobre mi cabeza, confetti de luz que me pronuncia, palabra que redime y me consuela.
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias