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La pesadilla de la enfermedad

Mi hermana quedó mal de la anterior intervención quirúrgica que le hicieron, y ahora tendrá que ser operada nuevamente, esta vez en La Raza, para intentar corregir lo que hicieron mal en el hospital donde estuvo antes, también del Seguro Social.
La operación puede durar hasta seis horas, tendrán que hacer muchas cosas en el hígado, la vesícula y el intestino, del que van a retirar un tramo. Y todo de la nada, de una sencilla molestia por cálculos biliares ha pasado a esto que es una pesadilla.
Nosotros, toda su familia, tenemos miedo y preocupación, y también tenemos coraje. Porque no está bien que una persona deba cargar con semejantes consecuencias debido a la mala ejecución del trabajo de alguien más. Ya ocurrió antes con mi hermano la falta de humanidad de los médicos que, al verlo desahuciado, lo trataron sin consideración.
¿Y qué hacemos? ¿A dónde vamos, cómo nos quejamos? Vivimos en un país que bien podría ser el más corrupto del planeta, porque aunque no lo fuera, el resultado es el mismo para nosotros. Y digo nosotros refiriéndome a quienes no fomentamos el chanchullo o la mordida e intentamos una y otra vez hacer las cosas derechas.
Pero estamos desamparados, y eso no deja de ser amargo.

Por mi parte, aquí, a quienes me lean o dediquen unos momentos de su preciado tiempo, les pido una oración por la salud de mi hermana, una petición sincera y humilde  hacia el Creador para que todo salga bien y ella retome su vida como era.
Que Dios nos cobije y acompañe en estas horas por venir, en estos días que se aproximan con el cielo cargado de nubes oscuras. Que Dios permita que su lluvia limpie todo y se lo lleve dejándonos con fuerza para continuar con alegría, con agradecimiento, con humildad y amor nuestras vidas.

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