Estudiar una carrera en México es verdaderamente una prueba de resistencia. En mi caso es a distancia, lo que implica compaginar todas las actividades y compartirlas con la demanda de horas y horas de lectura y estudio para preparar tareas.
No es fácil y reconozco a todos mis compañeros que están trabajando y criando hijos y cumpliendo también con mil obligaciones mientras estudian su licenciatura.
Desde febrero estoy en este remolino de teorías, asombros y lecturas que implica el aprendizaje y que no me han dado tregua dadas mis escasas o nulas herramientas para cumplir con las tareas haciendo uso de programas de computadora que desconozco y confeccionando mapas conceptuales o líneas del tiempo que no sabía que existieran.
Duermo soñando que estoy escribiendo sobre algo, que subrayo interminables páginas. Me paso el día pegada a la computadora o leyendo y tengo que hacer escapadas para cumplir con tareas cotidianas.
Ahora me da cargo de conciencia pensar en salir a tomar un café o salir con una amiga porque "pierdo tiempo" y a veces mis ojos están tan cansados que aunque quisiera ver una película para relajarme no me resulta posible.
Pero este sábado 26 fui invitada a una lectura de poesía. ¡Seré otra vez poeta! Vibran mi corazón y mi cuerpo con la idea de estar de nuevo frente a mis textos, compartirlos y vivirlos con todo el nervio que entraña semejante exposición.
Ya vendrá el tiempo en el que se asiente todo y hacer las tareas no me implique perder información y repetirla o volver a darle forma o seguir intentando entender.
De aquí al sábado me alienta el aleteo de los poemas que bullen por salir...
No es fácil y reconozco a todos mis compañeros que están trabajando y criando hijos y cumpliendo también con mil obligaciones mientras estudian su licenciatura.
Desde febrero estoy en este remolino de teorías, asombros y lecturas que implica el aprendizaje y que no me han dado tregua dadas mis escasas o nulas herramientas para cumplir con las tareas haciendo uso de programas de computadora que desconozco y confeccionando mapas conceptuales o líneas del tiempo que no sabía que existieran.
Duermo soñando que estoy escribiendo sobre algo, que subrayo interminables páginas. Me paso el día pegada a la computadora o leyendo y tengo que hacer escapadas para cumplir con tareas cotidianas.
Ahora me da cargo de conciencia pensar en salir a tomar un café o salir con una amiga porque "pierdo tiempo" y a veces mis ojos están tan cansados que aunque quisiera ver una película para relajarme no me resulta posible.
Pero este sábado 26 fui invitada a una lectura de poesía. ¡Seré otra vez poeta! Vibran mi corazón y mi cuerpo con la idea de estar de nuevo frente a mis textos, compartirlos y vivirlos con todo el nervio que entraña semejante exposición.
Ya vendrá el tiempo en el que se asiente todo y hacer las tareas no me implique perder información y repetirla o volver a darle forma o seguir intentando entender.
De aquí al sábado me alienta el aleteo de los poemas que bullen por salir...
Comentarios