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Mostrando entradas de febrero, 2013

El último ritual

Como si apenas rozara el suelo, con esa convicción rutinaria del paseo matinal, Nube cumplió con la necesidad de acudir a esa última cita con su patio. No fueron muchas vueltas, un último vistazo a las macetas y de regreso. Su cuerpo vacilante se instaló de nuevo en esa cama remendada que todos le envidiaban, y con la gracia exquisita con que siempre hizo todo, se quedó echada. Sus ojos velados por los años siguen mis movimientos y esta vez no se sobresalta si la toco. Recibe el beso de despedida que le da el sol a través de mi ventana en ese cuerpo más diminuto que nunca. Me llena de paz su serena espera de lo que tiene que pasar, su inocente sabiduría para entregarse de  misma forma dulce en la que hizo cada cosa dejando esa pátina en mi vida, en este cielo mío que luego de diecisiete años se queda sin su Nube... Al ratito nos vamos al paseo del que tú no volverás, pequeña. Allá me esperas, te llevas mi corazón.

Otra despedida

Se levantó hace rato, siempre se achispa un poco cuando es de noche. A pesar de que tiene dificultades para sostenerse, su grácil figurita sale de la cuna para buscar el patio. Ya aprendió a no bajar el escalón porque no la sostienen sus patitas, y espera a que yo la baje para salir de la cocina al patio. Ahí hace su ritual de vueltas hasta encontrar el lugar preciso. Se vuelve a parar a la entrada de la cocina para que yo la meta, y se dirige por instinto a su plato de comida, que ha despreciado desde hace dos días. Únicamente toma agua, bastante, y agradece cuando seco sus bigotes y el pechito que se moja. Sigue su rondín por la casa, tiene puesta su capita de color limón que le queda tan coqueta. Ahora de vez en cuando se topa con las cosas, porque ha quedado ciega debido a la edad. Es un copo de Nube, una figura diminuta en la que han cabido todos estos años de compañía y de amor. Llegó a casa metida en la bolsa de mi falda, de manera inesperada porque no la estábamos buscando.

De mi colección de sueños...

El mural En donde me hospedo me asignaron una habitación en la que hay un mueble que tiene encima una carpeta que dice “Gastos de la casa”. La tomo para entregarla a la dueña porque sé que desde antes de mi llegada ni siquiera entran a ese cuarto respetando las instrucciones de que sería para mí. Mientras busco a la dueña encuentro a una señora que me platica que mi anfitriona ilustra libros, y me los muestra. Me llama la atención que pinta de manera picuda y apretada. Tiene ilustrada una explosión que me parece muy rara porque es puntiaguda y no redonda  -como yo la haría y como son las explosiones- y pienso en fuegos artificiales. Luego me muestra  en un libro el estudio que hizo para el mural que había yo visto a la entrada cuando llegué a la casa y que me causó una impresión muy fuerte, una sacudida inexplicable que me dejó desasosegada.  En el cuadro, a la izquierda están el rey y la reina en el piso, yo los veo muertos sobre la alfombra pero según ella

Mi historia con el mimeógrafo.

Sé que los usaban en la escuela, aunque yo nunca los vi ni supe cómo funcionaban. Sé que dejaron de usarse cuando llegaron las fotocopiadoras. Sé que en algunos poblados alejados los conservan y todavía están en uso. Sé que se pueden hacer más que reproducciones de exámenes con ellos. Lo que no sabía es dónde conseguir uno para mis propósitos en la Sala de Lectura El Tapanco. Puse un aviso en mi Fb para ver si alguien en algún lugar supiera de uno. Como desde hace años, cuando comencé a buscarlo, me comentaron que ya no hay, que ya no existen o que los que hay no sirven. Muestra de lo que puede hacerse con un mimeógrafo Necia como todos saben, una noche de insomnio decidí buscar un aparato de esos y me lancé de clavado en google para ver qué hallaba. Había uno solo en México, anunciado en una página de compra y venta de artículos usados. Lo malo que lo vendían en una casa de antigüedades, pésimo para las posibilidades económicas -prácticamente inexistentes- de adquirirlo. Me

Sueños 2006

El milagro más común La familia vino al rito, van llegando con sus fotos, películas, relatos. Vienen a hacerse presentes para animar a la pareja: los hermosos jóvenes quieren un hijo, pétalo rosado y tibio de su carne. Ellos se ponen idénticas pijamas: están sentados en la cama uno al lado de la otra, las sondas conectadas, pendientes del monitor. Colores fosforescentes son sus células y venas, su linfa misteriosa. La callada enfermera supervisa con detalle. En tanto, los abuelos proyectan diapositivas: niños en la alberca, bebés recién bañados, criaturas en sus fiestas, los mismos jóvenes cuando pequeños. “Para que se inspiren”. Salgo, no tengo mucho qué decir en esta ceremonia y me cansa ver tanta tierna infancia. Cuando vuelvo alguien dejó la cabeza de un niño en el lavabo.Tiene frío y abro el grifo de agua caliente.Abre y cierra los ojos agradecido. Demasiada agua ahora, la cabeza casi se pierde por del tubo del desagüe. La rescato a tiempo y pongo más

¡Comenzamos a armar el Festival de Poesía!

fip palabra en el mundo      festival internacional de poesía en todas partes !   VII Edición del 9 al 21 de mayo, 2013 Vorto en la mondo, Palavra no mundo, Parola nel Mondo, Worte in der Welt, Rimayninchi llapan llaqtapi, Paràula in su Mundu, Cuvânt în Lume, Parole dans le Monde, Ordet i verden, Word in the world, Palabra no mundo, Ñe ’ê arapýre, Paraula en el Món, Chuyma Aru, Koze nan lemond, Kelma fid-dinja, milá baolam, Nagmapu che dungu, Tlajtoli ipan tlaltikpaktli, Vort in Velt, Dünyada kelime,  lhamet ta íhi honhát, Titzaa Yeezii Loyuu, Dunyoda so’z , Слово в мире, Pallabra nel mundu, Hitza Munduan, T'aan yóok'ol kaab Ensenada, B.C., México, por cuarta ocasión espera vestirse de poesía y arte en esos días de mayo para convocar a la paz en la ciudad, en el país, en el mundo. El arte contra la violencia es la solución que todos podemos aportar para vivir una mejor calidad de vida, sin las grotescas imágenes que nos as

Para todas mis amigas

De barro y aliento                         para las mujeres que sostienen al mundo Hecha de barro y aliento para guardar calor y para ser la forma rotunda de la vida. Para ser grito o silencio majestuoso. Para tender el dulce río de sus pechos e inventar la noche con el oscuro brillo de su pelo. Hecha del barro que formó a la tierra para seguir siendo lugar donde se siembra. Hecha de aliento, del hálito que lleva al corazón su ritmo acompasado, su misterioso tiemblo... Hecha de luz pra pintar al mundo pulida en agua para cuajar estrellas, forjada en fuego para brillar cuando es amada. Hecha mujer para alumbrar al mundo.

Un poema para una poeta del pincel...

Plegaria a Remedios Varo No me dejes venir al mundo de este lado, señora. Déjame allá, donde alimentas a la luna y creas la música estelar, en donde avanzan las marchas capilares y tu magia es un copo de la vida. Allá despliegan mis alas su vuelo por el plano sin volumen, allá gotean estrellas y se condensa el cielo. En donde llueven Remedios en la tela para curar de miedos y dolores. En ese mundo fijo, sin volcaduras ni cuchillos, donde las llaves de oro sólo pueden abrir, encordar  corazones y dejar escapar a la razón. Allá donde no cabe el ruido, en tu universo con trazos de compás, donde la brújula señala tu extravío y los colores son sobria pertenencia. Deja que viva en ese mundo, señora,  donde la música estelar arrulla los sueños de mi luna.

De poema en poema olvidado en el cajón

De paredes blancas No está la brisa que mecía mis noches, el mar a mis espaldas, la palmera de fondo en la ventana de la sala. No tengo mis macetas al lado de la puerta, el pez que vive solo masticando raíces. No tengo lámpara que alumbre mis lecturas ni cortinas de manta ni sombreros de paja. No me aguarda mi perro a la llegada, ni  espera ningún beso a mi mejilla ni otra voz me recibe ni calienta el café. Un mismo sol aplana el calendario, un mismo cielo avisa de la lluvia, pero estas manos que mueren son distintas son huecos de rutina, son agua que se escapa. Sube la misma luna y no es la misma porque ha descobijado cada sueño desde que te persigo cuando duermo. No está mi casa de paredes blancas ni su portón con caracoles y con piedras. Está mi corazón de campamento mientras regresas –si vuelves- de la ausencia.

Poema de domingo

Ausencia de alas Vivo en este dolor  de ver tus ojos  velados por distancia, de no tener tu pecho dulce en mi regazo. Camino sin mi rumbo, sin besarte la fiebre, sin respirar palabras por la noche. Vivo sin esa herida de espina bruja  que duerme entre tus piernas, sin el remanso donde  bebía mi paz.. Miro las nubes: descifran nuestro tiempo y no me indican  a dónde apunta la rosa de tu viento. Los pájaros me traen augurios de un encuentro. Desde la ausencia me preparo las alas por si tu corazón busca mi vuelo.