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Mostrando entradas de 2013

Esta Navidad

Recordando la infancia de mis hijos. Felicidad y amor para todos

De las fragilidades

Aunque sean avisos o falsas alarmas, hay momentos que nos ponen a pensar en la fragilidad de la vida. No en la frágil vida de los demás, sino en la propia. Siempre he pensado que hay que estar lista en todo momento para emprender el viaje último, que quizá eso sea lo que quite el conocido temor a ese paso. También he manifestado que no entiendo a los demás cuando tienen miedo al sentirse cerca del umbral... Pero cuando soy yo quien siente cosas extrañas en cuestión de salud y el pensamiento que viene a mi cabeza es el de la posibilidad de estar en el lindero, lo que he sentido es eso, un poco de susto. Me pregunté por qué y traté de hacer recuento: no creo tener pendientes, la gente a la que quiero lo sabe, las cosas que he querido hacer las vengo haciendo, voy cumpliendo mis sueños paso a paso y hace mucho que concluí que no cambiaría mi vida porque me gusta ser lo que soy, he venido esculpiendo poco a poco esta especie de flor rudimentaria -pero al fin flor- olorosa y con ci

Tiempo de...

Mucha gente dice cosas lindas de la Navidad: que la cena, que los regalos, que paz y amor y villancicos y Niño Dios y árboles con foquitos... Y me pregunto qué es, cómo se arma este juguete que me llega sin instructivo ni carga tradicional familiar ni nada particular. A mí me pesa la Navidad porque es cuando se nota mucho lo que tienen o no tienen los demás. Me pesa que viene con frío bajo los puentes y en las calles y no trae bebidas calientes para todos. Me pesa que las diferencias luzcan tan grotescas y que, como nunca, mis manos no puedan llegar a todos lados. Y tanto brillo en estos días, entonces ¿nos deja un poco ciegos? Quizá más encerrados en la fiesta propia, natural, aunque muchos dicen que es cuando comparten y eso es bueno. Repartamos nuestra Navidad, nuestro interés genuino por el otro, el migrante que va sobre la Bestia, la mujer que fue atacada, el niño maltratado, los indigentes. Hagamos una pequeña lonchera con nuestra mejor comida y esos grandes deseos de que me

Comienzos y finales...

Bueno primero los comienzos. Puedo decir que pongo palomita a varios de mis propósitos del año, y llevo alguno que otro al siguiente, para seguir cumpliendo... Inicio el estudio a distancia en la universidad, un poco confundida todavía con respecto a los sitios, los enlaces, correos, foros y demás, pero confiando en que aprenderé a manejar todo para bien y para continuar. Finales, porque según el calendario acaba un ciclo, todo es según el color del cristal con que se mire pero en fin, haremos caso de esta última hoja del almanaque para decir que sí, que cerramos otro año de vida, de proyectos, de crecer en amigas y amigos, de encontrar sorpresas en los atardeceres o los amaneceres, de poder continuar disfrutando del café, tan conocido, paladeado y nuevo en cada taza, igual que la vida, antigua amiga nuestra desde antes de nuestros días y durante ellos y aún así sorpresiva y diferente cada vez que la encontramos en la minúscula florecilla que brota de una grieta del cemento como seña

Azul y oro o Relato de un sueño que se hizo decisión

Tenía once años cuando mi padre me avisó que me sacaba de la escuela secundaria aunque tuviera las mejores calificaciones, porque las mujeres habíamos nacido para atender el hogar y lavar los trastes. Me informó que eso haría yo en casa, además de la limpieza y atender a mis hermanos varones. No tengo que relatar mi amargura e impotencia, sobre todo cuando llegaban mensajes de mi escuela preguntando la razón de mi ausencia, y ofreciendo facilidades para presentar exámenes. Pero fue entonces cuando decidí que sí, que había nacido mujer, pero para otras cosas... La vida y mis circunstancias no permitieron que yo fuera a la escuela y mucho menos a la universidad, como siempre había deseado aunque no estuviera segura de qué estudiaría. "Sólo estudiar", decía. Lo que fuera,  me parecía bueno e interesante. Y como no pude hacerlo, me di a la tarea de estudiar por mi cuenta lo que pudiera. Transcurrieron muchos años, crecí a mis hijos, me casé y me descasé y siempre con esa esp

Tocando campanas

Voy como niña tocando las campanas. Ahí te encuentro, en el lugar de siempre, con el color de entonces y de ahora. Porque tengo memoria, porque el azul amanecido de tus ojos me trajo el agua que mi sed buscó... Porque con la distancia no se aparta nada, porque callar la voz no significa olvido, voy como niña tocando mis campanas.

Poema para una niña. Alejandra María Lerma García

En el Encuentro de Mujeres Poetas en el País de las Nubes conocí a esta joven de 22 años, poeta colombiana del Valle del Cauca, Alejandra de las Estrellas, y ante el horrendo crimen de la niña Estefanía en Ensenada siento que debo compartir este poema que por desgracia, es universal: Hanna No sé quién la sostuvo, no estuve para alzarla. No sé quién calmó su llanto ni su sangre mis manos dormían lejos. No sé qué ráfaga paso por su memoria mientras entraba el puñal. No sé a cuál oración se aferró cuando desgarraban su vagina. Mi cuerpo estaba ileso y abrigado. No sé cuántas cicatrices se cerraron sobre su alma y dejaron adentro los atisbos del amor. Sólo puedo oír su silencio hondo como un mar antiguo, un oleaje de sal y de gritos. No sé cuál fue la luz que le cubrió la cara cuando la encontraron. No sé cómo se veían sus pies después de un siglo de oscuridad. No sé cuál fue su primera palabra después de la vergüenza. No sé cómo pedirle perdón por la hermosa vida qu

XXI Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes. 2013

Poetas en Huajolotitlán, Oax. Pues el día llegó y la semana del Encuentro terminó como siempre, con emociones a flor de piel, con el júbilo de los encuentros y la pena de las despedidas. Nuevas hermanas, nuevas voces, homenaje a Emilio Fuego, presencia de Dolores Castro, talleres en escuelas de varias comunidades y muchos recitales. Estamos puestas, como siempre, parea el siguiente Encuentro. ¡Salud y saludos para todas mis poetas!

Poema del día

Chica mala Salir a ser la chica mala de la noche, beber de la botella, tatuarme una mejilla o el ombligo, dejar la ropa interna en su cajón. Abrir ancha la boca para extender un beso al portador, uno que pague lo que cuesta dejar atrás las pudorosas cuentas de la virginidad. Rugir brava en la cama si me provoca el tigre, lamerle los bigotes, morir entre sus fauces. He de tomar las armas si el enemigo me trastoca; reventarme la boca con carmín, usar impúdicas ojeras. Llegar trastabillando hasta la aurora, empujarle la puerta y encarar su reproche. Vivir, amar, llorar,  como la chica mala del tango que nunca se cantó.

Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes 2013

Pues sí, llegó de nuevo la hora, después de dolor y la confusión que nos causó la irreparable pérdida de su fundador, Emilio Fuego. Claro que siempre hemos sabido que queremos que el Encuentro continúe, pero no estábamos seguras de cómo hacerlo. Con mucha voluntad, como con todo. Mariana -hija de Emilio-  tomó la batuta apoyada por nosotras las coordinadoras y aquí seguimos la saga en este primer noviembre sin Emilio. Esta vez no habrá actividades en el DF porque las autoridades de cultura no pudieron ofrecernos ningún espacio -muchas gracias- y serán en comunidades de Oaxaca y la propia ciudad gracias a los trámites y esfuerzo de Lety Ricárdez. Eli Guerrero estará en la ciudad de México el domingo 10 de noviembre a las diez de la mañana a cargo del autobús que trasladará a las poetas que no llegarán directamente a Oaxaca para ser hospedadas y de ahí trasladadas a Huajuapan el lunes por la mañana. Huajuapan de León será como muchas otras veces la sede en la Mixteca, y visit

Fieles difuntos

Pequeños soles olorosos les traemos, mazorcas tiernas para sus cazuelas. Que no falte la voz clara del agua ni  a luz de las velas ni el copal. Reciban nuestra ofrenda quienes ya marcharon quienes cruzaron el río primero que nosotros y en esta hora especial tendamos nuestra mano olorosa de incienso  y cempazuchitl. Lleven recuerdos temblando en el papel, nuestro cariño en el pan que les hacemos para que su visita resulte placentera. Sigan la huella de flores amarillas, el terciopelo de nuestros corazones, el chocolate humeante y el jugo de las cañas. Fieles Difuntos que abrazamos en noviembre en esta fiesta que ahora los recibe: esperen nuestras almas confundidas cuando el arcano del tiempo lo decida.

Requiem

Silencio es ahora lo que hay entre nosotros. Cada uno con una ausencia que todavía no se desdobla para extenderse por los días y los recuerdos. Aún no llegan el frío ni la noche al corazón, y el llanto no ha sido convidado. Pero los calendarios del dolor son inmutables y lentamente acuden cruzando nuestros días. Ya vendrán la ceniza y las lágrimas a cubrir las memorias y oscurecernos la vida hasta que el sol se apiade de nosotros.

Deshumanización: a la memoria de José Sánchez.

Es horrorizante la noticia del hombre enfermo que estuvo por cinco días solicitando atención en el hospital general de Guaymas, Sonora, sin ser atendido por no tener dinero ni llevar papeles para su inscripción, por lo que finalmente ahí, en un jardín y envuelto en una cobija, terminó penosamente sus días ante la indiferencia de la institución. Me causa un dolor indignante y me llena de vergüenza y culpa tan sólo pensar por lo que atravesó ese hombre no en esos cinco días, sino toda su vida. Su trabajo de jornalero lo condujo a esa condición de extrema desnutrición y deshidratación enque llegó al hospital. ¡Por Dios! ¿Es que ni agua ya tenemos para nuestros semejantes? ¿Ya no partimos el pan con quien lo necesita? Solo, enfermo, dolorido. Ahora, muerto, vale más. Allá nosotros y nuestras conciencias. Dios, ¡perdónanos! http://www.youtube.com/watch?v=UjLlJyKseLM#action=share

Declaración de principios

El dedo índice señala mi locura, hace piruetas cerca de mi cara, cifra una frase cabalística para que yo, la loca, no olvide lo que soy: un tímido gorrión con sueño de alas, una luna perenne, un aroma frutal. Se desgrana la noche en hojuelas oscuras; las voces misteriosas de los perros Collage con papel y objetos reciclados. Liz Durand  me muestran un idioma: el de otros locos. En esta habitación donde hago un mundo pongo listones a las trenzas que tienen mis sombreros, intento perseguir a mis muñecas, ponerles otras ropas pero son lo que son me lo dicen sus prendas  ingenuas, desgastadas, sus ojos fijos en la nada, sus mejillas frías... Un gallo que no sabe del tiempo me canta noche y día como queriendo hallar la hora en que debe despertarme. Los pájaros caminan  por el techo de mi casa como si no supieran del gato que abandona su jaula. Los cactus embebidos en la humedad nocturna afilan sus espinas vegetal

En contacto

Aquí de nuevo enfrentando a la noche que  me pone de postura incómoda con esta torcida y -según ella- vieja columna. Huesos con historia propia que viven dentro de mi, que se supone me sostengan -y lo hacen- sólo que al parecer están más cansados que yo y por eso protestan, más de noche, como digo, porque no hallan esa postura especial y excéntrica que les acomode. Pero como no todo en la vida son huesos, sino que hay tantas otras cosas afuera y adentro de una misma, me propongo explorar por el demás paisaje: la memoria es siempre de mis favoritos. Afortunadamente poseo una memoria que gusta del detalle y se fija como fotografía. Si me voy a la distancia encuentro cosas: hoy por la tarde platicaba sobre una prenda de vestir que me tejió mi madre cuando estaba yo jovencita, un chaleco largo hasta la rodilla en color rosa fuerte, calado, que usaba con unos pantalones de terlenka a la cadera color tuequeza acampanados con pata de elefante. Llevaba pantyblusa y por calzado unos huarache

Adivina, adivinanza...

Una parte de la maravilla . Collage. Liz Durand. Mis abuelos nos contaba adivinanzas, algunas -ahora veo- era bellas metáforas. Y recordando sus palabras nació de mí este texto, que comparto: La hora bruja Capataz de media noche cuatro azotes da a la luna porque oculta en una nube no quiere que la descubran. Entonces viene la noche en recuerdos de oropel y un carrusel que me agobia cabalgando la niñez. Sueño un jardín recortado cual figura de papel y una gran dama dorada que a las cinco toma el té. En los tejados se tiende el chal de la oscuridad. Yo subo a mi carrusel para caminar la aurora. Sueño que viene mi abuelo de sombrero y con cigarro, que me cuenta adivinanzas y me regala una flor. Ya la doma agota el té y llegó el amanecer cruzando el puente que no anda, caballo de banda y bada.

La vida, es lo que pasa...

Primero partió Héctor; dos semanas después se nos fue Emilio, y este viernes, el esposo de mi hermana. Muchos adioses en estos meses, partidas que dejan huecos doloridos. "Dios, ¿qué pasa?", dijo una de mis primas. La vida es lo que pasa, le dije. De ese modo, hoy hizo su ritual el sol para cumplir con el verano y la tarde con su aire fresco y delicioso invita al goce, a continuar, a seguir cada día conservando el recuerdo de quienes nos han querido y han marchado y quienes desde donde se encuentren, seguirán pendientes de nosotros y los seguiremos queriendo. Ayer me asomé a la playa, vi a lo lejos un velero que parecía un blanco recorte de papel, y me esperé a ver el mar de ese color celeste como se pone cuando se va a meter el sol... un color hermosísimo, de cielo, indescriptible. La brisa, la alegría de Bambi dando saltitos por las piedras y huyendo de las olas porque no le gusta el agua y no le gusta el mar, ladrando de contento mientras pienso en los que se van y có

Madrugada con violín y Tchaikovsky

Llora un violín, corazón de madera que canta con lágrimas de acordes; filo de cuerdas me sitian en la dulcísima noche, acordes de nube y miel que alborotan mi sangre. El concierto se instala desde mis pretéritos oídos: es música que viene de los tiempos y va a la eternidad. Un espíritu de ayer me dio la partitura que interpreto con atónitos ojos y garganta de musgo. Estremecida sostengo mi corazón entre las manos para que no levante su vuelo fragmentado por filos que desmenuzan el metal, estremecen con reverberaciones las paredes que tiemblan en un eco glorioso espeluznando con belleza indescriptible a los sentidos y soy la hoja de un árbol prehistórico, una aurora boreal, un pez minúsculo, la arena en las pezuñas de un camello, la ruta de los pájaros. Soy con la música el hielo que se funde, una sed de mariposa, la blancura lunar, la venida de un río. Llora el violín sus flores y mi espíritu en volutas besa nubes, se agita como colibrí, tiembla como capullo cuando se abre, llora

Del anecdotario de la infancia: mi Buely

La primera vez que conocí a la abuelita de una compañera de clase, a los seis años, me quedé muy sorprendida: era flaquita, pequeña y bastante arrugada. Mi buely, como llamamos a mi abuela materna, era rotunda, yo recuerdo haber presumido de que casi pesaba cien kilos,  nunca tuvo arrugas, sus trenzas sobre la cabeza siempre parecían estar recién peinadas, sus cejas perfectamente delineadas y su rostro moreno y amable no dejó de estar alegre. Creía que así eran todas las abuelitas. Tardé para entender que la mía era única. Los domingos por la mañana era día de mercado. Salíamos con ella cargando la canasta, pero antes, el ritual previo al desayuno: se tejía las trenzas, las enlazaba sobre su cabeza, las prendía con horquillas que siempre me daban miedo porque creía se le clavaban, y se aplicaba el polvo para terminar delineando negramente sus cejas. En su casa cantaba mientras lavaba la ropa, en el patio donde mis primos y yo navegábamos en barcos imaginarios con banderas por

También yo tengo malos ratos

¿Y si te cansas? Y si te cansas de rodar tus huesos, de amanecer siempre contigo y tu pesado saco de preguntas; si tu deseo es detener el carrusel, bajarte por ninguna esquina, cruzar la bruma que sale de ti, de la negrura que te viste siempre seria en tu interior, pequeña y fría, asolada por el ruido que nunca cesa en tu cabeza, eco del mundanal que acosa afuera, donde hay tanto neón helado, tanta falsa luminosidad, tanto calor procurado por el gas, no por la llama que adentro te consume, te ahúma los ojos y te quema las yemas de los dedos, cansados de imprimir sus huellas en toda superficie sin tocar fondo, sin adentrarse en las texturas ajenas que también se esconden y van solas, en silencio como las largas filas de los trenes que nunca se detienen... Y si te cansas de parpadear mirando cada vez lo mismo, esa violencia de no cambiar las cosas, de ver los calendarios convertidos en historia que al final de los milenios sigue siendo igual, nada cambia, no ha hecho la evoluci

Mi Día del Padre...

Coser la ira.  Cruzamos la  calle  atestada de gente en busca de lo que nos encargaron para preparar comida en la casa donde estamos de visita. Adriana y yo caminábamos acompañadas de mi hijo, esquivando a las personas que al parecer habían tenido fiesta en las calles de ese barrio. Al cruzar, un hombre ya mayor y bastante alto, al ver acercarse a mi padre por la contraesquina, intentó agredirlo amagando a mi hijo, que de inmediato corrió de regreso a la casa. En su lugar, el tipo levantó por los aires como a un papel  a un ebrio que pasaba y lo lanzó contra mi padre, que cayó de espaldas sobre la banqueta.  Su primera reacción de mi padre–más bien la única- fue golpear furiosamente las piernas del hombre ebrio como si quisiera romperlas, pensando que lo atacaba. Con una aguja en la mano clavaba y remolía un costado del hombre  intentando dañarle el hígado. Gritaba yo desesperada y con angustia porque el pobre borracho no tenía ninguna culpa y en cambio el agresor se había m

Voces en el jardín

Aquí el poema de las cuatro de la mañana Quiero escuchar el rumor de la hierba cuando duerme mientras el viento cala llevándose hojas secas. Quiero esuchar palabras para ese colibrí que ronda y dice con su voz de plumas que empieza a amanecer, que la lluvia alimenta mis brotes para convertirme en ramo que se abre entre sus alas, prestándoles pasión. Quiero escuchar al grillo que muerde los misterios y saber que estoy viva, estoy viva, estoy viva… 15 jun 2013

De los regresos

Primero fue mucha expectación por ir a Horas de Junio, esas horas donde Pina, Luciana, Rosario y tantas otras. Dieciocho años pasaron antes de que fuera, aunque desde el primero tenía ganas de ir a ese encuentro en Hermosillo. Éste fue el año. Para bien o para mal, finalmente se me hizo y no tengo marcos de referencia para saber si me fue mejor o peor que a otros, pero los comentarios que he escuchado me inclinan a pensar que no me fue tan bien... Por otro lado, siempre están esos hallazgos de nuevas voces, de poesía sobrecogedora que hace eco en mí, personajes que se quedan poblando mis recuerdos, sorpresas, alegrías. Y encima de todo, los reencuentros: de Chihuahua y Bogotá, las íntimas amigas que también pusieron su dedo y su intención en este punto del planeta, este punto ardiente de 45 grados a la sombra que es Hermosillo y que no debe su nombre a sus características sino a cierto personaje de su historia pero que de todos modos no es feo y tiene su encanto, sus avenidas, su c

Esta incipiente, desconocida viudez

Hoy finalmente partió. Él allá, en el DF a las tres de la tarde. Yo aquí, a las seis, le escribía un poema sin estar enterada. No es sencillo describir el grado de calidad humana con que iluminó a todos quienes lo conocimos. Su buena educación, cultura, inteligencia, sensibilidad. Su manera de tocar el piano, de pintar un cuadro, de apreciar un paisaje o la comida, una buena charla, la risa de los niños a quienes siempre estaba enseñando cosas. Un hombre que con sólo estar, daba enseñanzas. Su generosidad fue tal que con frecuencia fue tomada por asalto por seres insensibles y mezquinos. Le gustó mucho montar, y le apasionó el piano con la música clásica. Era buen nadador y en sus mejores tiempos, extraordinariamente guapo, en los festivales de cine de Acapulco le pedían autógrafos. El más paciente padre, el más comprometido amigo y el mejor ejemplo. Y a mí me toca ahora decir, el más romántico galán, el bien nacido príncipe, el caballero que siempre me hizo su dama, aún c

Efectos secundarios

Estaba de nuevo en la camilla, con Claudio acurrucado junto a mí. Intenté despertarlo pero fue inútil, y contemplé de nuevo los corredores del hospital. Sentí otra vez su frío: me llevaban de regreso al quirófano y me dejaron estacionada en un pasillo. El médico me pidió que cuidara la entrada del baño porque no tenía puertas. Aproveché para observar el quirófano, ya que estaba yo a la entrada:  del techo colgaban unas lámparas y supe que eran las que se usan para las operaciones del cerebro. Las mesitas para el instrumental tenían carpetas navideñas como el papel tapiz de las paredes. Claudio seguía dormido en mi camilla y la única explicación que encuentro para que no lo hayan retirado es que por ser un hospital privado, de seguro cobrarán su sueño como el de cualquier paciente. Volví a ver las paredes y descubrí que tenían  llaves de agua que goteaban a todo el piso. Me pregunté si sería normal o les urgía un plomero. Hice otro intento por despertar a mi marido. Me pre

Diseño de Bodas

Ahora que está de moda encargar a los profesionales el diseño de una boda, nos contrataron para el matrimonio de la Señorita X y Fulano de Tal. La chica es insoportable: una de esas niñas consentidas que cual hijas de político van por el mundo creyendo que son lo más exquisito de la creación y jamás prestan atención a los otros. No se molestó en disimular su disgusto por nuestra participación, que consideraba una intromisión en su preciosa vida,  pero no pudo objetar nada a la madre, que es quien paga. No puedo entender cómo una persona tan menuda, tan insignificante, puede generar tanta antipatía en quienes la rodean, porque a leguas se ve que no soy caso único y nadie puede verla. Berrinche tras berrinche, no acepta las sugerencias, cuestiona todo haciendo mohínes y dando pataditas, y para colmo, acabamos de enterarnos de que su boda está amenazada. Sí, el terrorismo abarca los ámbitos domésticos en este país como en tantos otros. No importa: ella se niega a seguir nuestra

La regadera

Después de tantos años, estoy de nuevo en casa con Emilio. Parece haber una reunión familiar. Apenas levantada, busqué dónde darme un baño. Él estaba listo y me dijo que podía usar la regadera de la recámara. Es una pieza grande con varias camas y el techo altísimo, como en todas las casas antiguas. La regadera está en la pared, arriba de la cama, lo que es muy extraño pues  al abrir la llave, el agua cae encima. Noté lo empapada que estaba la cama debido al baño previo de Emilio. En seguida pienso que para la noche no vamos a poder dormir ahí y trato de abrir más la llave para que el chorro de agua caiga más lejos, pero se puso tan caliente que no puedo usarla y no hay más que una llave que enciende y apaga un botón haciendo ruido de alarma. Resuelvo quitar la cama y al buscarle lugar veo que el piso de la habitación está ya encharcado. Al remover la cama noto que casi no pesa, pero tiene otra cama debajo, más pequeña. Hubiera sido mejor no bañarme, pero era indispensable porqu

Matando las horas solas

“Es una galleta simiesca”, dije mientras le daba una hojuela deshidratada de manzana a mi perro. Había abierto la lata número tantos de cerveza y batallaba contra la soledad. Pensé en el Centavo y su méndiga manera de alejarse, como si yo hubiera cometido un estropicio en su contra o como si de plano ni mereciera su amistad. Pensé en lo sola que estaba, y en cuántas veces me había sentido así. Últimamente venía siendo una cosa densa, desde que nos cambiamos de ciudad y los amigos se quedaron lejos. Otra hojuela para el perro y otro trago para mí. La tele me cansó. Vi una película incompleta sobre un hombre que estaba en vísperas de casarse y sin embargo iba a buscar a una prostituta —morena belleza explosiva que sólo existe en el cine—que le decía que cuando amaneciera todo iba a ser límpido como nunca, y así fue, pues cuando despertó, el hombre tenía nueve años de nuevo. Luego terminó como película francesa, con un final bastante ingenuo y rosa con beso de príncipe az

Los caprichos de mi madre

Mi madre, que según me entero vive ahora en el otro lado, llegó de visita inesperadamente. Todavía tenía algunas de sus cosas en mi casa, que junté para dárselas con otras que yo había guardado para obsequiarle. No sé de dónde fue a sacar a Lucero, la perra negra recogida que quiso tanto. Yo no sabía que todavía la tenía porque no la había vuelto a ver. Sin ningún reparo comenzó a llenarla con las cosas que le cabían. Nunca supe que la hubiera hecho disecar, y me impresionó verla como si cobrara vida conforme mi madre la engordaba metiéndole ropas y cosas como si fuera su maleta. Lo más feo eran los ojos, fijos y sin vida. Como los de mi padre, sentado en una silla de ruedas. Sabíamos que no estaba vivo, tenerlo así era otro de los caprichos de mi madre. Pero hubo un instante en el que él volvió su mirada hacia mí. Sí, su mirada, no los ojos fijos y apagados. Yo sentí un vuelco tremendo. Alguien que estaba detrás de mí, por fortuna vio lo mismo que yo, pero nadie nos quiso

Sin detalles

No sé qué andamos haciendo escondiéndonos de esa mujer y con el miedo en la panza. Además es ridículo que no nos encuentre en este hotel, aunque podríamos tener una oportunidad para que no nos vea porque están remodelando y muchos cuartos están vacíos con las paredes a medio pintar y por todos lados hay trabajadores haciendo reparaciones. -Yo creo que no hay que bajarnos del elevador en la planta baja, porque seguro ahí nos está esperando…mejor bajemos en el primer piso- dijo Miguel. -No, la mujer es muy lista y puede pensar lo mismo, así que mejor pícale al dos y ahí nos bajamos-, dije. -Yo no quiero que nos estemos metiendo en todos esos cuartos y que los de la administración nos tomen por abusivos, mejor pago un cuarto como la gente decente. Y antes de que pudiera yo decir algo, Miguel ya estaba hablando con la señorita de la administración, solicitando un cuarto.  Le asignaron una habitación espantosa  que estaba a un lado, pero no dijo nada. Yo me pregunto cómo demo

El encanto del circo

Como todos los niños, había visto pasar el circo desde la ventana de su casa, en el desfile de animales exóticos, payasos en zancos y espectaculares mujeres caminando con poca ropa y mucha lentejuela por la ciudad.  Sin embargo nunca sintió particular atracción por ir a las funciones. Jamás hubiera pensado que en cierto momento de su vida estaría en una situación tan precaria que solamente el circo podría serle de ayuda. Estaba tan necesitada de trabajo que aceptaría lo que fuera, y así fue que se quedó a trabajar en el circo de todista, es decir, de ayudante de todo. Había sido buena idea ir a ver sus instalaciones porque así se enteró de que necesitaban mozos. De modo que de pronto estaba inmersa en ese mundo que desde niña le parecía un lugar riesgoso y lleno de malos olores, además de lo pesado que parecía la vida para cualquiera que estuviera ahí, siempre empacando pertenencias para andar en todas partes sin ningún sitio fijo, sin familia y sin amigos, encerrados en ese

Cosas que trajo mayo

Aquí llegaron mis libritos Me trajo el FIP, Palabra en el Mundo, Poesía en todas Partes, que es un hermoso proyecto para convocar a la paz en el mundo y que disfrutamos muchísimo. No pude tomar fotos porque estaba de encargada, pero en cuanto tenga el video lo compartiré. Me trajo, por desgracia, dos sustos mayores debido a la delicada salud de dos amigos para quienes me mantengo en cadena de oración y aunque veo que transcurren los días de este mes sin que se recuperen, seguimos manteniendo viva nuestra esperanza de que al fin estén mejor. Me trae el descanso una vez terminado el FIP, y a la vez otra emoción: estuve enviando poemas para un pequeño libro que me editaría una poeta amiga. Pensar en los poemas, en las portadas, en todo eso, siempre es energético, me llena de alegría. Me trae otra emoción: la de ir a un Encuentro Iberoamericano de Escritores Las Horas de Junio, en Hermosillo, donde nunca he estado. Nuevas voces, nuevos poetas, nuevos inicios. Y me trajo esta ma

De mi serie "Intervenciones"

"Lecture department" Esta vez quiero compartir una hoja del libro intervenido que tiene ese título. Son libros que altero para crear otro código, otro mensaje. Es algo que me parece delicioso hacer, me absorbe por completo y lo disfruto muchísimo, espero les agrade verlo como a mí crearlo. Collage y pintura sobre libro.

Inicios de la enfermedad de mayo y FIP

Estoy padeciendo "principios de mayo", mis síntomas son: tardar rato escuchando a los pájaros y desatender lo que me está diciendo una persona; despertar muy temprano con la idea de buscar la cara al sol y sentirlo tímido a esa hora en mi piel. Pararme a cada rato frente a la ventana para percibir la corriente de aire deliciosa en el cuerpo. Salir al patio a mirar el cielo. Dejar la compu o el quehacer para ir a hacer unas pompas de jabón al patio. Quererme traer a casa todas las flores que han crecido en las orillas de las banquetas y en los terrenos baldíos. Observar detenidamente los avances en mis macetas. Comer la fruta a mordidas y bañarme con su jugo. Encima de todo eso, que me ocupa mucho tiempo, tengo que seguir organizando lo del Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo, que se hace por la paz, sí, por esta paz que en mi pequeño mundo doméstico disfruto mucho pero que para tantísima gente sencillamente no es posible porque quizá no tiene ni siquiera u

Singular obra de arte para nuestro VII FIP PALABRA EN EL MUNDO

He recibido un paquete que contiene una obra de arte hecha con papel, para que participe en nuestra exposición del Festival. Lo que me conmueve es todo lo que dice esa obra: habla acerca del hombre y sus orígenes por medio de figuras. El artista que lo envió no puso su nombre y debió pedir asistencia para que me enviaran su trabajo, ya que se encuentra recluido injustamente en un penal horrendo como son todos. Me impresiona muchísimo, y me conmueve, que alguien con tan poco espacio y tanto mal trato pueda compartir con nosotros su inmenso espacio interior, colorido y luminoso por lo que vemos. Ese artista, ese hombre sensible al arte y la poesía merece todo mi respeto, y tener esta obra suya entre mis manos para poderla presentar a todos, es de las cosas invaluables con que, increíblemente, la vida constantemente me regala. El día de nuestro Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo leeré el mensaje que vino con la obra de arte. Y esa sola lectura valida ampliamente a nuest