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Mostrando entradas de octubre, 2012

Esto de las emociones (o por qué somos tan raros)

A veces no me resulta comprensible. A veces -pocas, por dicha- siento que me dominan, y lo que me confunde es que de repente son contradictorias o sencillamente no las entiendo. Me explico, o mejor dicho, trataré de explicarme: Desde hace unos días, con el cambio de luz, con el cambio de clima, he sentido una melancolía bastante dominante que por momentos amenaza con ser dolorosa. Y es lo que no entiendo, porque no hallo la razón. Más bien, los hechos que me rodean invitan justamente a lo contrario: planes que se cumplen, viaje en puerta, buenas compañías... ¿Entonces, a qué viene esta insidiosa punzada? ¿Qué me quiere decir? A lo mejor lo de siempre: que somos muy complejos. Que tenemos recovecos. Que hay cosas que siempre se quedan... Y así como mi amiga Rosario Laverde piensa que dejé mi memoria en cualquier parte, como siempre, y que el único lugar en donde podría encontrarla es una farmacia -ella, que me conoce- así quisiera también encontrar en ese tipo de farmacia el bálsamo

El Tapanco, Sala de lectura, Ensenada, BC

¡Por fin! Primera sesión, este miércoles pasado...

Vigencia

Fue por principios de los noventas que publiqué este poema, y tristemente, parece que acabara de escribirlo... Miseria del silencio Para los niños que sabemos, − no vemos −   que viven en la calle Oscureces la voz:  no iluminas silencios que sólo tú comprendes. Encima del mutismo te llueven vituperios injurias,  bocinazos. Ruidos de calle tuya que no te pertenece. Sobre esa costra de silencio laten la ansiedad del hambre hueca la desnudez de pies y manos congeladas. Adentro del sigilo tu palabra es un signo que ya tampoco entiendes. Te asomas hacia el ruido que te opaca, percibes cada engaño en la palabra. Conoces la miseria de los que pasan cerca y no te ayudan, no te miran no te escuchan y vuelves al silencio, única posesión impuesta que sin embargo quisieras compartir.

Un texto sobre... ¿la tinta?

La vieja pluma fuente Escribo sin parar, el bolígrafo no pinta, no extiende líneas oscuras ni dibuja letras. Comienzo una escritura invisible, como hablar en secreto, como decir sin voz. Pruebo a la tinta, reto a las palabras, intento obscenidades con la caligrafía... La prueba de la tinta, entonces, sirve no sólo para dejar mis manos pintas, sino para escribir cualquier cosa.  Tal vez sea un buen recurso, escribir sin dejar rastro, escribir sin parar hasta que empiece la pluma como minúscula  locomotora a dejar motas negras y difusas. Esta es la pluma que no deja salir tinta ni sabe cómo. Después de todo estuvo diez años guardada, es natural que haya perdido su memoria, que no recuerde su función ni su razón de ser, cuanto más que se trata de una simple pluma que se entiende será por lo mismo limitada. Por eso espera que yo ponga el remedio, y yo confío en que con sólo llenar de tinta su pulmón de tubo, comience, como decía, a dejar motitas negras en las

Y ahora le toca el turno al poema...

La hora bruja Capataz de media noche cuatro azotes da a la luna  porque oculta en una nube no quiere que la descubran. Entonces viene la noche en recuerdos de oropel y un carrusel que me agobia cabalgando la niñez. Sueño un jardín  recortado  cual figura de papel y una gran dama dorada que a las cinco toma el té. En los tejados se tiende el chal de la oscuridad. Yo subo a mi carrusel para caminar la aurora. Sueño que viene mi abuelo de sombrero y con cigarro, que me cuenta adivinanzas y me regala una flor. Ya la dama agota el té y viene la madrugada cruzando el puente que no anda, caballo de banda y banda...

Ya casi lista la Sala de Lectura

Bueno, pues mi columna no permitió que fuera yo arriba, al cerro, a invitar personalmente a los niños, o a repartir volantes, pero puse los letreros afuera, por donde pasan para la escuela o para sus casas. Creo que con los días se irán acostumbrando a ver esto y con mis técnicas "atrapaincautos" vendrán a tomar su tiempo de la mano de los libros, las historias, los cuentos o los sueños... ¿Quién quiere venir a leer?

Los preparativos para mi espacio de lectura...

Así, poco a poco, voy haciendo lo que se necesita para promover este espacio de lectura en mi barrio... Ya saben, se aceptan donaciones para tener dónde poner los libros, y libros, y audiolibros, y etcétera etcétera...

Salas de lectura

Tengo unos meses con ese proyecto, y muchos planes que me entusiasman. Mi proyecto de sala de lectura incluirá desde luego a la escritura y a la plástica, en la medida en que le "vaya yo midiendo el agua a los tamales", como decimos por aquí. Por lo pronto ya tomé el primer módulo de profesionalización que avala la UAM con CONACULTA, y ayer fui a Tijuana para recibir mi primera dotación de libros para el acervo de mi sala. Debo ponerle un nombre, y ninguno de los que se me ocurren me convence. Me gustaría que fuera como una palabra mágica, que abriera las compuertas de la imaginación, la memoria, la creatividad... un espacio donde cada quien tenga su escape secreto, su mundo secreto, su lugar... En fin, si alguien tiene idea de nombre para mi sala, urge que me aconseje... Por lo pronto, aquí la muestra de lo que tengo para comenzar: El proyecto de "Lectura en espera" está genial, lo idearon los mediadores de Tijuana y consiste en prestar libros en la lín

Pero todo florece...

A destiempo, porque el invierno la maltrató bastante, se pusieron negros todos los tallos y no pensé que se recuperara. La conservé sin embargo, por aquello de las dudas. Luego, cuando tuve un poco de composta, le invité un tanto sin esperar demasiado. Pasó la primavera, la época en que daba flores, y nada. En cambio, los tallos comenzaron a ponerse nuevamente verdes... y eso ya era un aliento. Dejé de observarla por semanas enteras, viendo que no estaba muerta y regándola de vez en cuando sin ponerle demasiada atención... hasta que por fuerza tuve que mirar ese botón hinchado que estaba a punto de brotar en unas cuantas horas... como en efecto ocurrió. La miré porque me atrajo, porque se hizo notar, y para terminar de pasmarme por el asombro, me pone frente a los ojos nueve botones más. ¡Cuando siempre había tenido sólo uno! Pues bueno, yo la daba por perdida y resulta que únicamente había dormido por más tiempo y reaparece renovada.Tal cual, como la vida.

Ni perdón ni olvido: 2 de octubre

Amanecemos con otro aniversario de esa vergüenza en México. Amanecemos embotados por el sueño de que todo sea diferente. Abrimos los ojos a la esperanza de que al fin lo hayamos logrado. Y despertamos de tajo, con esa duermevela cercenada por una realidad que nos lastima y la amargura de que, aunque no hayamos quitado el dedo del renglón, seguimos en la misma. Anoche, en el recuento de la memoria de aquel 68, vimos que los discursos tanto de un lado como de otro, son los mismos. Que seguimos necesitando libertad, educación, justicia... Que luego de cuarenta y tantos años, los medios de comunicación no comunican, los salarios no alcanzan y la corrupción ha alcanzado los más inverosímiles y obscenos niveles. Lloramos, nos acodamos. Lloramos, nos consolamos. Lloramos e intentamos hacer algo, seguir poniendo nuestro granito de arena con un nudo en la garganta. No siempre. Mi optimismo a ultranza no me lo permite. Las más de las veces me lleno la jicarita con todo lo que he recibido a