La hora bruja
Capataz de media noche
cuatro azotes da a la luna
porque oculta en una nube
no quiere que la descubran.
Entonces viene la noche
en recuerdos de oropel
y un carrusel que me agobia
cabalgando la niñez.
Sueño un jardín recortado
cual figura de papel
y una gran dama dorada
que a las cinco toma el té.
En los tejados se tiende
el chal de la oscuridad.
Yo subo a mi carrusel
para caminar la aurora.
Sueño que viene mi abuelo
de sombrero y con cigarro,
que me cuenta adivinanzas
y me regala una flor.
Ya la dama agota el té
y viene la madrugada
cruzando el puente que no anda,
caballo de banda y banda...
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