Tengo unos meses con ese proyecto, y muchos planes que me entusiasman. Mi proyecto de sala de lectura incluirá desde luego a la escritura y a la plástica, en la medida en que le "vaya yo midiendo el agua a los tamales", como decimos por aquí.
Por lo pronto ya tomé el primer módulo de profesionalización que avala la UAM con CONACULTA, y ayer fui a Tijuana para recibir mi primera dotación de libros para el acervo de mi sala.
Debo ponerle un nombre, y ninguno de los que se me ocurren me convence. Me gustaría que fuera como una palabra mágica, que abriera las compuertas de la imaginación, la memoria, la creatividad... un espacio donde cada quien tenga su escape secreto, su mundo secreto, su lugar...
En fin, si alguien tiene idea de nombre para mi sala, urge que me aconseje...
Por lo pronto, aquí la muestra de lo que tengo para comenzar:
El proyecto de "Lectura en espera" está genial, lo idearon los mediadores de Tijuana y consiste en prestar libros en la línea de los que están esperando cruzar la frontera con Estados Unidos. Las filas son tan largas que pueden durar hasta tres horas, así que en una parte de la fila de autos se ofrece en préstamo algún libro a elegir: cuentos para niños, poesía, narrativa, etc., y antes de llegar al cruce hay otro encargado que recoge los libros. ¿No les parece sensacional?
Por lo pronto ya tomé el primer módulo de profesionalización que avala la UAM con CONACULTA, y ayer fui a Tijuana para recibir mi primera dotación de libros para el acervo de mi sala.
Debo ponerle un nombre, y ninguno de los que se me ocurren me convence. Me gustaría que fuera como una palabra mágica, que abriera las compuertas de la imaginación, la memoria, la creatividad... un espacio donde cada quien tenga su escape secreto, su mundo secreto, su lugar...
En fin, si alguien tiene idea de nombre para mi sala, urge que me aconseje...
Por lo pronto, aquí la muestra de lo que tengo para comenzar:
El proyecto de "Lectura en espera" está genial, lo idearon los mediadores de Tijuana y consiste en prestar libros en la línea de los que están esperando cruzar la frontera con Estados Unidos. Las filas son tan largas que pueden durar hasta tres horas, así que en una parte de la fila de autos se ofrece en préstamo algún libro a elegir: cuentos para niños, poesía, narrativa, etc., y antes de llegar al cruce hay otro encargado que recoge los libros. ¿No les parece sensacional?
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