Quiero empezar a dibujar unas palabras para ese colibrí que cuelga de mi oreja, me dice con su voz tornasolada que empieza a amanecer de nuevo, que la lluvia alimenta mis brotes para que pronto tenga flores y me convierta en el ramo que reviente en sus alas, prestándoles pasión. Quiero seguir escuchando a ese grillo que muerde los misterios de la noche y me repite, como el colibrí, que estoy viva, estoy viva, estoy viva…
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias