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Mostrando entradas de septiembre, 2010

El mago

Tac-tac van sonando mis pasos. Mi propio corazón no me deja escucharlos, simplemente adivino. Tac-tac, sé que pronuncian mis zapatos conversando con la duela, recuperando una plática interrumpida. En el autodescanso me detengo a contemplar el tiempo vestido con traje antiguo. A su lado se traba una balanza antigua con sus charolas pulidas. En lo alto, un ojo con párpados de vidrio iluminado de colores supervisa mis pasos que tac-tac continúan la sinuosa subida. Preside el candelero desde el techo, tan mudo y elegante como entonces, mirando intensamente mi regreso. En el salón las ventanas hacen una caravana y el espejo, sin disimulo, me abarca de cuerpo entero. Tras de mí, silencioso, el Mago ha seguido mis pasos. Con un pase aparece un cristal púrpura en mis manos. Toma forma de copa y al segundo ademán se llena de vino. El aroma es delicioso: temo que el mago me embriague con su magia. Sé que estaría atrapada en su palacio y regresar sería imposible. El Mago es sigiloso, lo dice

Sin más palabras... Mujeres que cuentan, el libro

Quiero presentar por fin el fruto de tantos días de trabajo, horas de insomnio, columna descalabrada, nervios y tensión, pero también de intensa convivencia, risas, comidas, vino, solidaridad, apoyo, todo provocado por este libro. A Carmen Amato de Cd, Juárez, porque me hizo el tremendo favor de leerlo de un día para otro para darme sus doctas opiniones, y a la Maga Muñoz, de Chihuahua, que le pidió el mismo esfuerzo a otro escritor, Rafael Cárdenas, que se encuentra en Monterrey y nos hizo la introducción. A toda aquella persona que intervino con su tiempo, consejos, cooperaciones, trámites, traslados y buena   v oluntad, no tengo palabras para agradecer por su confianza, ánimo, apoyo. Con gran alegría les participo que la primera presentación y lectura será este sábado 2 de octubre en la Plaza Cívica, a las 5 de la tarde, en Ensenada. No pudimos contar con el espacio de Cearte pero afortunadamente contaremos con varios otros espacios para compartir el resultado de nuestro pri

Atardecer desde la Territorio Sur

Ensenada Jazz

El calor era tremendo, la asistencia buena y la música también. No pude tomarle fotos a Bátiz, pero me las debe Olivia...

Primera cosecha

Esta foto la tomó Alex, y con estos tomates de mi maceta comimos deliciosa ensalada...

La casa vieja

Hubo comida rica, música por demás agradable con Sexto, y la pisada de las uvas compartiendo con familias y amigos. Un cielo maravilloso, aire fresco, calor humano... ¡pura vida! y nada de dolor en mi columna, tendré que seguir esta receta...

Algunas participantes

Esta es la primera foto de nuestro libro, con algunas de las mujeres que cuentan. Una feliz comida cortesía de María, con mole poblano y demás delicias, y una grata lectura por parte de cada una. Ahora, a buscar espacios para las lecturas. ¡¡¡Felicidades a todas, Mujeres que Cuentan!!! Gracias por su confianza, misión cumplida.

¡Buenas nuevas!

Por la mañana desperté temprano, luego de que anoche, ya casi para dormir, el dolor había disminuido lo suficiente para que yo descansara. Lo primero para mí era llamar a Guadalajara para hacer averiguaciones sobre el paquete con el libro de muestra, pero recordé que tenía que buscarlo aquí en Ensenada, así que tendría que esperar a que dieran las nueve de la mañana para iniciar pesquisas. Como anoche estuve acicalando mi colección de muñecas, había puesto a remojar alguna de su ropita que con el tiempo se ensució, así que me puse a lavarla y me dio una sensación curiosa y alegre ver el tendedero cuando la puse a secar. Nótese que el suetercito naranja lo confeccionó mi madre para una muñeca que me regalaron creo que cuando andaba cumpliendo 40 años. De pronto estaba yo convertida en un ser gigantesco, manipulando unas prendas diminutas, y eso me hizo sentir tan poderosa, sin contar con la otra, la verdadera razón por la que me sentí de esa manera: NO tenía dolor. Café y pan dulce

¡Otra vez!

Luego de estar por muchos meses adormecida debido al corte de una de sus ramas, ha decidido recuperarse y hacer caso de mis peticiones y cuidados. Nuevamente, me regala una estrella.

Nostalgia

Ésto viscoso y dulce que escurre de mi corazón como un cielo resquebrajado, con su vago olor a sufrimiento y maravilla, es lo que a veces no puedo seguir guardando en los rincones donde queremos ocultar al dolor. Puedo sentir cómo escurre inundando mis huesos y mis venas. Está cubierto de oro viejo pero su resplandor no cancela su origen, que es la pena. Aún así, qué magnífico tener esas goteras que dejan escapar esencias de nostalgia, de amor, de vida... Como el llanto de un bebé, como los ojos de los cervatillos, la mansedumbre de los perros: así de cierto es que para tener estos tesoros es necesario haber amado con ternura de gorrión y con caricias de pantera. Haber vivido los momentos más dulces, las ácidas palabras de abandono, la fiera dentellada: soledad. Poder amar con la cabeza llena de pájaros y flores, el corazón galopando en las nubes. Con los dedos crispados, con labios escocidos. Haber permanecido pendiendo de un recuerdo como hilo de cometa, haber quemado los pulmone

Quiropráctica

Tengo esa enorme suerte que a veces me ha sorprendido, de haber dado -gracias a los buenos oficios de Iris- con un quiropráctico supereficiente. Si bien las terapias no son dolorosas, las horas siguientes pueden ser incómodas. Pero el día de ayer, durante todo el día, ¡el dolor había desaparecido! Cuando desperté apenas lo podía creer. A veces ocurría que me sentía así al despertar, pero en cuanto me levantaba me daba cuenta de que el dolor era persistente. Y sin embargo ayer no, esperé por ver si estaba agazapado en alguna arruga de las sábanas y terminé por entender, con alegría, que NO tenía dolor. Por la noche me tocó terapia y el día de hoy me siento atropellada y adolorida pero veo claramente que puedo mejorar. Eso me alienta el espíritu abatido con que anduve las últimas semanas, y sobre todo, el constatar, una vez más, que mi cofre de tesoros -mis amistades- sigue tan rebosante como siempre. Desfilaron por la casa comedidas para que yo comiera y me pusiera cómoda, me hicieron c

Supongo que tiene que doler

Primero procuré poner toda mi atención en lo que él me indicaba señalando con sus ágiles dedos sobre una columna vertebral falsa, cada indicación que hacía su asistente acerca de mi diagnóstico de la resonancia. Me tomó por sorpresa ver que la parte inferior de mi columna está rotada y las vértebras "chuecas", los orificios a medio obstruir la médula, la escoliosis, la "inestabilidad", los 1.9 mm de diferencia que la hacen vascular... y el hombre preguntando sorprendido si había yo podido llegar caminando. Claro, con muchísimas dificultades y dolor. Le comenté que anteriormente me habían dicho que era algo congénito. Me dijo entonces que de seguro mi madre ya estaría en peores condiciones, pero ella está totalmente sana gracias a Dios. No, mi padre tampoco tuvo ese problema. Entonces vino lo peor, porque dijo que en tal caso se debe a traumatismos por golpes. Fue cuando me di cuenta de que estaba yo llorando... pensé en mi padre, en su furia alcoholizada y en los

Águila de Acero

Llamó a voces a mi puerta. Reconocí a la chica delgada y de sonrisa fácil que vino la semana pasada. Me preguntó si podíamos conversar y salí a la terracita para estar con ella. Sus balbuceos indicaban ideas de persecución y muerte, un padre ausente, falta de hogar. Dijo que su padre está en Japón y que se llama de un modo muy complicado que parece seudónimo en clave. También dijo que Sergio la quiere matar y que sus hijas están demandadas porque no le dan sus tarjetas del banco, donde tiene mucho dinero que no puede sacar. Le digo que se ve muy joven y sonríe. Me dijo que soy muy bonita, con su sonrisa fácil. Le pregunté su nombre y dijo ser Aguila de Acero, saber de contabilidad y tener cuentas con bancos en Hong Kong y Francia . Pidió que le regalara hojas en un sobre de papel manila. Luego me dijo que si la puedo ayudar hablando con sus hijas y con su papá. Le dije que sí, y cuando me dijo que soy muy bonita de nuevo, le dije que ella también y con su sonrisa fácil me pidió algo

¡Jááááá! Vaya diagnóstico...

"Rotoescoliosis lumbosacra dextroconvexa con vértice en S1, grado II. Basculación pélvica hacia l aizquierda de aprox. 1.9 cm, probable acortamiento de miembro pélvico. Osteofitosis marginal leve. Pero eso sí: Adecuado contenido mineral. Cuerpos vertebrales intersomáticos conservados.

Busco nombre

Para estas figuritas. La de la izquierda la hice esta madrugada en que no podía dormir...

Días con espina

De la nada, mientras me preparaba para desayunar, un tirón en la espalda me hizo gritar, perder el apoyo de mis piernas y doblarme a gatas para intentar avanzar. Estaba en el baño, quería salir de ahí e incorporarme para ver si sentada el dolor era menos intenso. Casi total la inmovilidad, casi cegador el dolor. Un tirón, sólo eso -pensaba, deseaba-. El sábado tuve que permanecer tiesa, como el domingo, como hoy. Estornudar o toser me provoca intenso espasmo en la espalda y el dolor sencillamente no cede, no aumenta pero no tiene trazas de desaparecer. Sin embargo, ya puedo moverme y las piernas volvieron a estar fuertes. Caminar me cuesta, tengo que procurar "acomodar" no sé cómo la cintura para poder levantar una pierna, dar un paso. Agacharme ni de chiste, ni estirarme. La cama me acomoda solamente si pongo almohadas en ciertas partes que nunca conozco, voy probando y donde siento apoyo y consuelo, la dejo. Así pude terminar de leer La catedral del mar y ahora no tengo li

Amnistía Internacional

Espera desesperada

Sí, porque ahora que el libro ya se envió a impresión, falta que me envíen una muestra para la verdaderamente última revisión, pero ya como ansias por verlo. Por otra parte, Jorge ha terminado, también superando la desesperación e impaciencia, el tercer dibujo de su serie, con menos dificultad que en los anteriores. Por último, la foto de una pared que nos encontramos Iris y yo en nuestra exploración por una parte de la ciudad que no conocíamos... parecía un taller mecánico, pero no entendemos el mensaje.

Últimos detalles

Bueno, después de batallar por dos semanas con las fotos para la portada del libro, resulta que tuve que hacer uso del plan B porque no pude meter las fotos que me hizo Olivia Paredes para el propósito, y así he seguido batallando para que por fin pueda enviar a impresión. Me preocupa no entregar a tiempo, debe ser en este mes, y tengo todavía algunas dudas para cuando ya esté listo, como la fecha de la presentación y cómo se hace la entrega a las instituciones que apoyaron su publicación... pero ya será cuando pueda desprenderme de este trabajo que me ponga a averiguar. Por lo pronto han sido muchísimas horas en la computadora intentando hacer el libro, porque sin conocer el programa de edición es muy difícil, y hago tremendo esfuerzo para aprender porque tampoco es que se me dé muy fácil entenderlo. Y para colmo, cuando creo que el resultado de tanto esfuerzo es bueno, viene mi asesor y echa por la borda tales ideas haciéndome ver lo ignorante que soy de todos modos, haciéndome sent

Tengo una amiga de mirada fuerte...

¡Ay ojón! Dijera Clavillazo. Pero mi amiga es fuerte de ánimo, de espíritu, de valores, de alegría por la vida, por la comida, los amigos, la lectura y un sin fin de cosas, y tiene un corazón igual de grande. Mi pequeño homenaje para ella, con mi cariño de siempre.

Crudo pero cierto

¿A Alguien le suena conocido?

La mujer salió de su habitación luego de quedarse hasta tarde en su cama. Se despachó para estar animosa y se dispuso a asear su casa. Pero recordó que debía enviar un correo, así que se puso buen rato frente a la computadora: el chat, el blog, poner las fotos, responder. Sintió un jalón tan leve que le pareció imaginado. Vio la hora y de un brinco llegó a la cocina. ¡Pechugas empanizadas! había decidido opíparamente. La noche anterior las puso a descongelar. Las tuvo marinando un rato y procedió a freir. Antes retiró del refri los champiñones y se acercó la mantequilla. La primera pechuga estaba lista, la sartén requería una porción de aceite. Del preparado con ajo, pensó mientras estiraba la mano para alcanzarlo. Cuando se dio cuenta el aceite goteaba y escurría por el horno eléctrico y otra parte del líquido viscoso estaba por todo el mueble del fregadero. Afortunadamente alcanzó a cachar el frasco. La sartén ardía, mejor apagar la estufa. Tenía una pechuga cruda en la charola