Exactamente hace un año comenté en este espacio que había ido por primera vez a una sesión de reiki. Y a esta fecha, más allá de los beneficios curativos de la energía con que fui tratada, me alegra decir que ese hallazgo fue mayor, pues puedo contar ahora con la amistad de la master reiki Deyanira Mendoza, una persona excepcional por muchas razones, y de muy alta calidad y calidez humana. Viene a cuento porque precisamente se acaba de ir este sábado a Córdoba, de donde es originaria, para estar apoyando a nuestros paisanos que padecen tanto con el desastre de las lluvias.
Me alegro mucho de que la vida me siga poniendo en el camino a estos seres luminosos que me ayudan a crecer y a querer y hasta me curan.
Y espero que a su regreso nos cuente de viva voz cómo encontró allá a nuestra gente, porque definitivamente sé que su sola presencia habrá llevado bendiciones.
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