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Mostrando entradas de agosto, 2010

Otra madrugada productiva

Siempre me han llamado mucho la atención las cajas. De todo tipo: de cartón, de lata, de papel, de madera. Y he estado trabajando desde hace años en algunas, justamente una pequeña serie que llevé a Costa Rica quedó en casa de mi amiga Julia. Escribí un poema a las cajas. Retomando ese gusto, anoche concluí el veliz titulado "Modernity can wait", así como "Armario" y "Retrato de familia", que pongo a su consideración. Son cajas de puros estas últimas. Al igual que los libros que intervengo, estas cajas me llegan por conducto de la hija o amigas que saben lo que me gusta trabajar en esto. Es sólo cuestión de recortar y pegar.

El fruto del esfuerzo

Jorge se desespera fácilmente. Todavía no sabe cómo controlar la prisa que siempre tiene su cerebro y le cuesta concentrarse en el dibujo. Pero a fuerza de práctica y consejos, y armándose con una paciencia que casi no conoce, ha podido hacer estos dibujos, copiados de un libro que le gusta leer al terminar la clase.

Comida en un rancho en El Porvenir

Desde hace tres años que llegamos a Ensenada, había yo escuchado que la fiesta del vino en el edjido El Porvenir era algo digno de vivirse. El caso es que nunca había ido pero esta vez mi amiga María me invitó a una comida en un rancho, y después a ir a la fiesta. Pasaron a recogerme ella y Alejandra, y llegamos en caravana con otros amigos a un rancho con viñedos y árboles frutales donde la familia nos recibió con frutos y comida. La temperatura de 40 grados podía soportarse por el aire que se dejaba sentir, la vista de los cerros y los viñedos y la grata compañía. María y Ale prepararon una exquisita sangría que bebimos como si fuera agua de jamaica, y comenzaron los viajes al fogón comenzando por unos elotes hervidos, deliciosos, y para servirnos arroz, consomé de borrego, la carne de borrego y frijoles. Salsas, tortillas y aguacate a discreción. Como no comimos poco, fuimos a caminar y a tomar algunas fotos, y al volver a la terraza encontramos que se habían servido postres: higos

Otra de las Mujeres que cuentan

Sííí: llegó la hora de reunirnos las más que pudiéramos. Esta foto la tomó Alonso el hijo de Iris, que para dicha nuestra ya regresó de su larguísima estancia en el DF, privándonos de su presencia y su alegría por ocho meses. Quedamos de hacer una lectura la próxima semana, después de que nos demos el lujo y el gusto de comer juntas. Nos leemos en el próximo capítulo.

Visita inesperada

Esta mañana, cuando me puse a llenar el bote con agua para regar las plantas de mi pomposamente llamado huerto, que es un bote de galón de agua, cuando iba por la mitad comencé a ver adentro unos colores verdes metálicos brillosos. Sentí algo como cuando está una viendo uno de esos cuadros que tienen muchos colores y de repente descubres una figura dentro. es una sensación especial, y al sentirla me quedé pensando si estaría pacheca o de dónde salió semejante portento de color. Y de repente: ¡patas! sí, patas. Ya más concentrada observé mejor y pude notar que era un bicho que en Orizaba llamamos mayate, uno de esos escarabajos grandes que parecen blindados, luchando por salir del agua que le daba de vueltas con su remolino. Inmediatamente fui a vaciar el agua en el limonero y el animalito pudo asirse a terrón y caminar por la maceta. Intenté retratarlo a detalle pero caminaba febrilmente, quizá con el deseo de secarse, o no sé si podía detectar mis manos cerca e intentaba alejarme agit

Nuevamente: Tendedero poético

Así es, luego de una inexplicable e insólita errancia de Chihuahua al DF, y haber permanecido por meses en una oscura oficina, el paquete con la poesía del tendedero regresó a Chihuahua mediante los oficios de la Maga, quien tuvo a bien remitirlos a éste su temporal destino y hace media hora que tuve el paquete en mis manos. Ahora Javier Zampoña, en Costa Rica, será el próximo anfitrión, si es que por fin este paquete inofensivo, sólo cargado con palabras, puede traspasar nuestra frontera, pues es algo que tengo intentanto por tres años. Las paqueterías locales no me admiten: que sean pedazos de tela, porque alegan que "no transportamos textiles"; o si son obras de arte, el precio es diferente (e imposible, diría yo), o hay que ir a la aduana para que me den una autorización, y así por el estilo. Esta vez estoy tomando fuerzas para intentarlo de nuevo por otras vías, pidiéndole a Lety Blanco, de San Diego, que viene mañana, que se lo lleve en su auto y de allá lo despache a

Casi al horno!

Nuevamente me refiero al libro, a Mujeres que Cuentan, que está en los últimos, -ahora sí, últimos- detalles antes de entrar a prensa. Francisco Buelnas está retocando la portada para que le quede como acordamos, y yo estoy respirando profuuuuuundo, dejándome fluir, para no ser presa de los nervios por la prisa, ya de ver el libro, ya de entregar el proyecto. Por otro lado, el verano está apareciendo, hace dos días escuché por radio decir a un locutor "Se busca verano", porque sólo días nublados y fríos teníamos. Ahora se ha asomado el sol, estoy más energética y alegre y esta tarde quizá me anime a salir a las calles para ver qué encuentro, que descubro o qué compro, por qué no. Estoy en espera de un amiga para iniciar viejas correrías. Ah, el futbol. Sólo me gustó el primer tiempo, y no me latió que España nos empatara al final.

Festejos de cumpleaños

Un increíble regalo que disfruté felizmente. Sólo durante la cena sentí un poco de mareo en el estómago, pero lo superé. Hubo baile, la cena fue deliciosa, la champaña ni se diga, y como ven, hasta pusieron velita en mi pastel. Hermosa, la Bahía de San Diego. De remate, antes de regresar, los fuegos artificales, hermosísimos. Al día siguiente, pastel en casa con algunas amigas.

Madrugada creativa

Bueno, eran ya las cinco de la mañana y desperté con un malestar en el estómago, consecuencia de la cena de anoche. Pero desde hace unos días he tenido en la cabeza la intención de hacer una obra que por estar en lo del libro y las clases, no había podido ejecutar. El caso que me levanté, recogí unos cartones de mi bolsa del reciclaje, fui al patio por una tira de madera que tenía y un tramo de alambre, y me dispuse a trabajar. En principio el personaje de la obra en cuestión, era otro. Pero como siempre, las obras te van llevando, diciendo cuál es el camino, y al final, luego de hora y media, ¡voilá! quedó listo mi trabajo, que pongo a su consideración. Esta vez, además de que me encantó hacerlo, me dejó muy complacida el resultado.

Nuevos trabajos

De mis nuevos alumnos, y Jorge. Copiaron un dibujo y lo pintaron con pinceles. Joel eligió hacer unos personajes con animales.

Día primero de agosto

Es el día de festejar a Pachamama en el Perú y zonas aledañas. Es algo que deberíamos aprender e imitar: respetar, cuidar y agradecer a la madre tierra por lo que nos da. En aquellas latitudes, desde antes del amanecer del día primero la gente se levanta para sahumar sus viviendas y pedir a Pachamama por la salud, la comida y que la casa permanezca en manos de quienes la habitan. Luego buscan a un personaje que dirija la "Misa dulce", el ritual en el que ofrendan a la tierra sus tributos: confites o dulces, comidas, peticiones, obsequios. Se reza agradeciendo y se hacen peticiones por la paz y el bienestar en la familia y la comunidad. Se abrazan unos a otros igualmente en familia y a la comunidad. Mientras escuchaba sobre el singular -y envidiable- festejo, noté un fondo musical que me llamó la atención porque quienes cantaban decían "Los civilizados destruyen, los civilizados depredan, ay dolor, qué será de Pachamama". Entonces cobró ese otro particular significad