Anoche pudieron reunirse en mi estudio tres de las Mujeres que cuentan. La idea era departir con el vino que nos regaló María pero como su amiga Ale fue operada de emergencia, no se pudo quedar con nosotras.
Por primera vez leyeron cada una su texto a las demás, y lo he querido hacer así porque sé que no es fácil abrir las páginas de la vida interior y mostrarlas a los demás, pero como eventualmente haremos presentaciones de nuestro libro, tendrán que irse acostumbrando.
Una experiencia enriquecedora para todas. Esta tarde vendrá otra tanda de señoras, pero yo no voy a estar porque llevaré a mi alumna a una sesión de dibujo con modelo en el Cearte, ya que ella nunca ha copiado del natural la figura humana y vale la pena ahora que con motivo de la exposición que tenemos de Anguiano, van a tener a la modelo reproduciendo algunas de las poses de sus cuadros.
También esta tarde viene Francisco Buelnas, nuestro fotógrafo, a retratar a las señoras que también son mis vecinas y no pueden venir a las sesiones por su edad.
Y nuevamente, cuando estaba esperando que fuera viernes ¡me cayó encima!
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