Ir al contenido principal

Preparativos, muchos

Ah, una vez que Yuni me autorizó el texto que dirá la Muerte en su película, lo que sigue es memorizarlo. Es un poema de una cuartilla a renglón seguido, así que a pesar de la falta de práctica, espero no resulte imposible que mi memoria lo guarde. Este viernes hacemos un ensayo y el sábado deberé llegar a la locación ya caracterizada y con el texto en la cabeza.
Por otro lado, esta mañana seguí haciendo la entrevista con una de las mujeres del libro; me volví loca buscando un guante de la Catrina que no apareció, lo mismo que su bolso, que finalmente encontré donde no debía estar, todo mugroso que tuve que correr a darle una lavadita para después hablar a la ciudad de México con mi hermana Rocío para hacer los arreglos del boleto de avión para que vaya mi mamá desde Tijuana. Después había que averiguar, con la ayuda de Yadi, en dónde venden guantes largos para la Catrina, paralelamete hablar con María por su tuviera unos que me preste, tender la ropa e imprimir el monólogo para salir a comer con Alex, comprar los guantes y listones, acompañarlo a una diligencia y regresar a tiempo porque doy clase al ratito, después de meter la ropa que haya secado. En el inter, desde luego, bajé la maleta que llevaré a Huajuapan y el sombrero de la Catrina para darles su revisada.
Con todo esto acabo de prender unos inciensos para meditación que espero que me sirvan aunque sea a la pasadita mientras doy la clase e intento pasar a la máquina la entrevista que hice en la mañana, al tiempo que veía mi correo...
Ah, todo el ajetreo con la maleta es para irla preparando para el lunes que me voy, y falta comprar dos cajas de madera que debo llevar, y seleccionar las pinturas acrílicas que usarán los niños del taller.

Comentarios

Idan Sáenz ha dicho que…
nesQue maravilla que estés tan llena de preparativos !! ...
Un beso.

Lo que más te gustó

Poema para los niños migrantes

Para los niños migrantes Temprano te salieron alas y esparces la ceniza de un vuelo inesperado. Vuelas hacia una tierra prometida que no existe , donde leche ni miel encontrarás. Encerrarán tu vuelo en jaulas y el miedo que aprendiste a dejar lejos regresará a morderte por las noches. Ningún río te besará con agua fresca, ninguna señal de la cruz sobre tu frente te va a guardar de la amargura. Somos testigos de la decapitación de tu infancia, de tu niñez hoy preñada de dolor, de pies cansados y ojos secos. Que la vergüenza nos cubra cada que te preguntes o que pidas, que el corazón nos duela hasta que tengas alas con vuelo renacido.

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad

Recordando la vieja máquina de escribir...

Estoy fascinada porque un amigo me puso un programita en mi compu que hace que cuando escribo mis importantísimos asuntos, mi teclado suene como máquina de escribir... Es que recuerdo aquellos tiempos en los que las colegiaturas de mis hijos y nuestra manutención dependían de la velocidad y ritmo de ese mágico sonido... En esta foto, la imagen de la primera máquina eléctrica que me tocó usar, cuando llegué a la ciudad de México a trabajar en el Instituto de Ingeniería de la UNAM. Un tiempo después ésta fue mi favorita, la máquina de esfera, porque le podía cambiar los tipos de letra y hasta el color de la tinta porque había cintas de color sepia. Se me descomponía con frecuencia hasta que el técnico descubrió que yo era demasiado rápida al escribir y se trababa la esfera, já já. Además de trabajar en una institución, ponía anuncios en el periódico para mecanografiar trabajos. Desde luego lo más socorrido eran las tesis, hice muchas pero además me tocó hacer el directorio