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Listo el viaje!

Ahora sí, después de mi pobre actuación en el cortometraje de Alfonso Arámbula en El Hombre Bellena, con el papel de la Muerte y mi monólogo, que ha sido una experiencia sumamente interesante y enriquecedora, me pongo en modo de viaje.
Antes, desde luego, y a pesar de ser domingo, las Mujeres que Cuentan estarán este medio día en mi estudio para que avancemos todo lo que podamos en sus libros, y vendrá otro voluntario, el fotógrafo Francisco Buelnas, para hacer los retratos.
Hoy haré el diseño del libro para el tema de la Col. Aviación de la escuela Cucuhtémoc, de Huajuapan y mañana preparo mi maleta para salir hacia Tijuana, rumbo a mis talleres. Alicia tiene todo preparado: escuelas, número de niños y horarios. Lety Sánchez de San Diego hará la fotografía de los dos primeros talleres, y Julia de Costa Rica, se integra como fotógrafa para los restantes a partir del lunes.
Estoy emocionada, nerviosa y atareada pero feliz, intensamente feliz de poder llevarlos a cabo nuevamente, con ayuda de valiosos voluntarios como María Machorro, que por segunda ocasión nos hace una aportación para material y el apoyo moral e incondicional de todos mis amigos. Este sueño continúa!!!
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Comentarios

Patricia ha dicho que…
Liz, es tan interesante perderse por un tiempo y luego venir a leerte, deberías salir de tu cuerpo y verlo, todo lo que avanzas, tejes, vives y siembras. Me encantas, eres una gran mujer y una gran artista. Un abrazo. Gordo.
Oscar ha dicho que…
Hola Liz, te había perdido el rastro. Parece que emigraste de la tierra de la carne asada. Yo tambien ando lejos de allí y del terruño en general.

Es una delicia disfrutar de tu blog.

Saludos y un abrazo.

Oscar

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Poema para los niños migrantes

Para los niños migrantes Temprano te salieron alas y esparces la ceniza de un vuelo inesperado. Vuelas hacia una tierra prometida que no existe , donde leche ni miel encontrarás. Encerrarán tu vuelo en jaulas y el miedo que aprendiste a dejar lejos regresará a morderte por las noches. Ningún río te besará con agua fresca, ninguna señal de la cruz sobre tu frente te va a guardar de la amargura. Somos testigos de la decapitación de tu infancia, de tu niñez hoy preñada de dolor, de pies cansados y ojos secos. Que la vergüenza nos cubra cada que te preguntes o que pidas, que el corazón nos duela hasta que tengas alas con vuelo renacido.

Esta mañana Dr. Chipocles

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Recordando la vieja máquina de escribir...

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