Sí, cayó a cántaros y con mucho aire por la noche. La lluvia es, en efecto, un arrullo para muchos de nosotros. Cuando vivía en Orizaba, donde nací, muchas veces la lluvia me calaba más que los huesos. Como éramos pobres, la única ropa de abrigo que tenía se empapaba y, o la usaba así, o me quedaba sin cubrir, y quizá por eso me sentía tan desprotegida y friolenta con la lluvia. Teníamos que secar la ropa con la plancha, y por semanas enteras no había más que agua,. Caminaba aterida hacia la escuela y me avergonzaba que me vieran siempre con la ropa mojada... Pero la lluvia es encantadora pese a todo, porque no dejo de disfrutarla y ahora la sensacióna para mí es diferente, porque "puedo ver llover", es decir, estoy bajo abrigo y encuentro esa otra cara del agua, la que me hace sentir arrullada y cobijada, me provoca encender velas y mirar por la ventana. No fue dejar de dormir por la lluvia, sino encontrar el sueño en su canción...