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Mostrando entradas de agosto, 2009

Echar de menos...

Esta es una ciudad pequeña que si bien tiene actividades, la verdad es que uno debe esforzarse mucho por entretener sus horas de ocio o los fines de semana. Es quizá lo que provoca que una tienda a convocar a los amigos con frecuencia, a visitarlos, salir con ellos, inventar algo. También está el caso de mi amigo el del corazón atropellado, quien a pesar de la distancia porque vivía en otra ciudad, cuando yo estuve en crisis hace unos meses, siempre me envió mensajes de apoyo y ánimo, y lo menos que puedo hacer ahora es corresponder, aunque será también a distancia. Pero admito que no hay como estar a un lado del amigo, escuchando su sentir y sus palabras. El caso, sin embargo, es que también voy a regar mis plantitas de allá, mis amigas a quienes veo muy poco y tienen años acompañándome por este medio: Maritoña en San Juan Teotihuacán, Marielena Cerecero allá creo por Lomas Lindas, las poetas de Azcapotzalco Estela y María Elena Solórzano, en fin, gente cercana y querida que espero vi

Temperaturas

Son casi las once de la mañana y pretendo intentar no hacer un escándalo por el hecho de que estamos a 33 grados, como en los últimos tres días que nos tienen agotadas, secuestradas y más mensas... El lunes Sofía mi alumna inició una copia del natural, un jarrón que el año pasado me regaló una sobrina. Ayer concluyó su sesión de seis horas de esta semana, así como su cuadro. Como aquí va la foto, sobran palabras. Le dejé un buen de tarea para estas próximas semanas en que no voy a estar porque me traslado al DF con Pablita a la revisión médica de la que esperamos muchas cosas, entre otras, según Paola, que ya le retiren el medicamento... Veremos, dijo el ciego. Me llevaré a mi perrita Nube que por dicha ha mejorado y está más contenta aunque también desmayada por el calor en estos días.

Cosas y casos

A veces sucede que la vida nos pasa encima, y resulta que nos toma por sorpresa. Damos por sentadas una serie de cosas que a la mera hora, resulta que no estaban tan definidas o tan sólidas o tan permanentes como pensábamos. Las relaciones con los demás son difíciles, particularmente las de pareja. Y cuando uno de los involucrados es un verdadero artista, más difícil aún. Porque el artista vive de y para su arte. No está consciente de los convencionalismos, no considera prioridades tener casa, socializar, convivir con los hijos. Quien se relacione con alguien así, debe saber a lo que se atiene, sólo basta ver la serie de películas que hay sobre el tema: Picasso, Giacometi, por ejemplo. El arte es la única prioridad, por encima de la propia supervivencia o salud. Por tanto, queda atrás todo lo que se relacione con la pareja y demás. Claro, estar con un artista es un poco tocar también la gloria, departir con alguien diferente, con un punto de vista que no tiene que ver con el común de l

Llenar los días

En el ocaso, cuando la hora de las hadas, cuando no es noche ni es día, esperas esa sensación que te dará sorpresas. Nunca se sabe por anticipado si tendrás un cosquilleo feliz o un doloroso graznido del ave solitaria. Esa señal te asignará a la noche, que alistará los sueños invocados: quizá podrás volar sin alas o regresar a tu pasado. No sabrás cuántos sueños han poblado tus horas despertarás entusiasta o cansada según las posiciones de lo astros. Y te preguntarás de nuevo si con eso se llena cada día, cuando por la mañana abras tus ojos.

¿Lluvia!

Supongo que por ser temporada de ciclones y esas cosas, algo nos está tocando porque en pleno primer día de la Verbena, comenzó a llover por la mañana. Siempre provoca en mí la lluvia la misma evocación por mi terruño y sus verdores, como recién escribí a una amiga. Aquí no hay aguaceros -los niños creen que eso es el señor que vende agua-, y no alcanza a percibirse el delicioso olor a tierra húmeda como en el sur del país, donde las calles se convierten en ríos. Además, he visto en las noticias que estamos en la peor sequía creo que de treinta años, de modo que la escasa lluvia que ha caído aquí se agradece aunque sólo sirva para que recordemos cómo es ver llover. En mi casa, las luces encendidas, agua caliente para té, la terminación de mi bordado sobre el maíz y por encima de todo, una flojera infinita y la disposición de sentarme a la ventana a ver pasar la vida, esta vez desde adentro.

La vida de todos modos

Estuve alicaída como era natural con lo de mi hermano. No podemos exculpar del todo a las hormonas y en fin, a la triste condición humana que a veces no amanece con todo de su lado. Releyendo mis escritos me doy cuenta de que he sido injusta porque he hablado mucho de lo que siento, naturalmente, de cómo percibo lo que me sucede. Peo ha habido de todos modos mucha luz y no la menciono, abatida como estuve por la oscuridad de mi amargura o cerrazón. Tengo que hacer notar también la cantidad de correos que recibo de mis amigas, el cariño que siempre depositan para que yo lo reciba, sus llamadas en mi cumpleaños, sus cuidados o regalos. todo eso he tenido también, sin mencionarlo. Y es gacho ver cómo la mente nos hace jugarretas y el simple extravío de un teléfono nos pone a sentir que nadie llama, que ya no le importamos al otro, etcétera. Fantasmas en la cabeza siempre sobran. Qué bueno que hay días como el de hoy, en el que amanecí con energía y claridad para ver estos errores, omisio

Nunca puedes cantar victoria

¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño, del otro lado de su muro? Jorge Luis Borges Comenzó este desasosiego que me inquieta porque al principio no le encontraba la razón, no me lo explicaba. Es una sensación de angustia, de incomodidad. Cuando me detuve a pensar lo suficiente para darme cuenta de que no es por la muerte de mi hermano -porque no es esa la clase de tristeza lo que siento- me enteré de que tiene que ver con las fechas y el clima. Las fechas, porque al acercarse el cumpleaños de Paola viene también el aniversario de los primeros síntomas de su grave enfermedad y el recuerdo de todo eso todavía me estremece, y peor si lo relato a alguien, pues no puedo hacerlo sin temblar. Y el clima porque ya retirado el calor que nos trajo locos, el ambiente ha enfriado y sobre todo por las noches, lo que me hace recordar, junto con la luz que ha cambiado, mi separación de Alex. Por eso digo que una nunca puede cantar victoria: creí que estaba más superado este asunto. que m

Sorprendente

A veces una no puede creerlo, pero la vida sigue, exactamente igual que antes, durante y después de que nos ocurra una tragedia. Es el caso: tenía que poner obra en una exposición colectiva el día 14 y ni siquiera me acordaba por lo ocurrido con mi hermano. Cuando vi el tiempo estaba encima y salí corriendo el mero día para montar lo poco que llevé. Al salir nos fuimos a un bar en donde la música fue increíble, una verdadera descarga, un pasón que necesitaba para dejar correr mi emoción. Rock del bueno, con buenos músicos y buena compañía. Y el día de hoy, finalmente, se vinieron a despedir las nietas de Iris, que de paso se llevaron los trabajos que habían terminado del taller. Cansadas, de tanto argüende, paseo, mitote, fiesta, playa, sol, amigos. Pero felices y con la idea de retornar el próximo verano. Cosas que terminan, cosas que comienzan. Eso es vivir, sencillamente.

Cálida despedida

Estuvimos tomados de su mano, rodeando su partida y deseándole paz. Escuchó, cuando puse mi mano en su pecho, que le pedí que descansara. Todos estuvimos sobriamente tristes, despidiéndonos por sólo un tiempo y sólo de su cuerpo. El médico estuvo desconectando cada vez más cosas, pendiente de los datos de los aparatos. Hasta que dijo que hacía no sé cuántos minutos que ya no respiraba, y que su corazón, tan grande, se movía por reflejo. Después, en la funeraria, también estuvimos con él como cuando en su casa: música, amigos, y la cada vez más cierta sensación de que no se había ido. Los rezos fueron un consuelo, los de las dos iglesias. Toda la noche estuvimos ahí, leyendo las cartas que le llevaron, tomando café, conversando. Al medio día vino la misa de cuerpo presente, sobria. Nuevamente nos despedimos, a petición del sacerdote, rociándolo con agua bendita. Su hijo leyó un hermoso poema dedicado a su padre, y sorprendentemente, nunca le tembló ni se quebró su voz. Porque estábamos

Descansa en paz

Jared Omar Durand Goytia Nov1956-ago 2009 Jared: Hace apenas dos semanas me fui a empinar los papalotes que me hiciste.¿Cuánto pensaba en ti entre más hilo soltaba! La lejanía convirtió en un puntito esa magia de papel elevada por las nubes. El viento lo hacía colear, y el instinto o el cuerpo solitos, recordaron qué hacer para elevarlo. No se cayó ni se me reventó el hilo. Aun que ya no lo viera, tiraba de mí con fuerza y yo seguí soltando metros y más metros. Y pensaba en el que hicimos una tarde, de niños, y llevamos a empinar a la lomita. También voló tan lejos que el hilo se rompió. Y hoy, en el hospital, también se rompieron tus hilos, también te fuiste a volar sin ataduras. ¡Qué pobres nos quedamos sin el viento de tu risa! “Descansa”, fue lo último que te dije pegada a tus oídos, y te quedaste al fin más dormido que nunca, descansando. ¡Cuánta contradicción con tu reposo, que anhelábamos tanto! Porque se nos vinieron muchos llantos: el de la infancia, tu ausencia, tu reencuentr

Ah, la luna, la luna...

Remedio casero En el espejo bruñido de la noche siento el miedo, me asustan las presentidas fauces del dolor. Cada vértebra es un pozo de angustia, las horas por venir un túnel sin final. Por la rendija se asoma la luna. Debo tomarla para aliviar mi fiebre. No la alcanzo, no cabe en el vaso, no la puedo tragar. Una voz dice a mi oído "la luna no te va a curar". No es soluble en el agua, imposible aplicarla en las heridas. Yo quiero un poco de su nácar para ayudarme a dormir. quitarle a la noche el vaho de mi dolor, soñar que se sueltan las amarras de mi espalda. No haré caso de la voz. Sé que la luna en dosis adecuadas es un remedio casero que nos heredan las hadas. Es cuestión de saber cómo posarse en el espejo bruñido de la noche. Desde la tarde en que salimos a la miniterraza en busca de alivio por el calorón que se sentía en casa, vislumbramos la redonda belleza de la luna. Para la noche, nacarada y no tan fresca, la energía de la luna ya me había tocado. Y aquí estos mod