Son las dos de la mañana, acabo de ver un par de películas y voy a relatar el impacto que me causó El único, al parecer holandesa -la vi en la tele y no siempre dejan los créditos- por su sobria crudeza. En cuanto a la cinematografía, nada qué comentar, casi toda fue filmada en interiores domésticos poco interesantes y anticuados, y menos una, todos los actores eran ancianos.
Soledad, cansancio, enfermedad, decadencia. es el reflejo, lo que seremos cuando la vida nos jubile: bailes de salón en las reuniones del Club de la Tercera y Cuarta Edad, píldoras a todas horas, imposibilidad para manejar los modernos aparatos, pérdida de memoria o de licencia para conducir, ancianatos terroríficos cuando la familia está ansiosa por enviarnos a un "mejor lugar".
Y como dijera el protagonista Lucien, uno lucha -por ser autosuficiente, por aprender nuevas cosas- pero al final sucumbe, sencillamente porque no se puede contra la soledad, y los ancianos son solos en un mundo de jóvenes.
Refunfuñando cada que escuchemos las noticias declararemos que el pasado que vivimos fue glorioso ante la risa sarcástica de nuestros nietos, en la hora que el destino -y la vejez- nos alcancen.
Para entonces, como ahora, nos caerá la noche encima con sus interminables, solas, dolorosas horas...
La princesa y el guerrero/2000
Birkenhof es al parecer la impecable, moderna y tranquila localidad donde se desarrolla esta película que protagoniza Franka Potente, quien es Sissi, una joven asistente en el hospital psiquiátrico de la ciudad que vive en el mismo edificio.
Me llama la atención que el director haya tratado temas fuertes y en algún caso sórdidos con una poética particular que enfatiza con las tomas, el color, la música y sobre todo, en la tensión perceptible en la casi hierática Sissi, aunque en general el tono de la película es una especie de contrapunto entre la contensión y la explosión, pues es palpable la lucha permanente de los enfermos mentales contra los demonios de su enfermedad.
Con recorridos que dejan ver esa ciudad que de alguna manera también es personaje, me resultó interesante observar esas vidas desgarradas y trágicas, las dramáticas condiciones que conducen a los personajes a tomar decisiones que al mismo tiempo parecen acontecimientos desencadenados o extraídos de un oráculo, sin sentirme empujada a la conmiseración y acompañando a los protagonistas por sus particulares viacrucis sin terminar rasgándome las vestiduras ni moqueando.
Presenciar esos dramas manejados con mucho acierto, sensibilidad y talento por parte del joven director fue un descubrimiento, lástima que en la película no tuvieran subtítulos los comentarios del director.
Las tomas de la cámara son creativas, interesantes, y hacen que uno sienta que está en medio de las acciones, o en el mismísimo centro de los personajes. Quizá sea una lección cuando Sissi y Boldo, perseguidos por la policía, son localizados debido al aviso de uno de los enfermos, y deciden que es la hora de tomar cada uno las riendas de sus vidas, y en acuerdo tácito se lanzan al vacío -metafórico y físico- de una relación que ni siquiera saben si existe. Al cruzar esa línea de fuego ambos obtienen la lucidez para dejar en el pasado sus tragedias y angustias y se dirigen al mar, -anhelo y origen- para entregarse con inocencia a la búsqueda propiia y la del otro, su pasión y sus sueños.
La película requiere lecturas cuidadosas, reflexión, y repaso, porque mientras escribo me voy dando cuenta de más detalles que no había detectado.
Muy recomendable, se renta en los videos... aunque a mí me la prestó una amiga.
Soledad, cansancio, enfermedad, decadencia. es el reflejo, lo que seremos cuando la vida nos jubile: bailes de salón en las reuniones del Club de la Tercera y Cuarta Edad, píldoras a todas horas, imposibilidad para manejar los modernos aparatos, pérdida de memoria o de licencia para conducir, ancianatos terroríficos cuando la familia está ansiosa por enviarnos a un "mejor lugar".
Y como dijera el protagonista Lucien, uno lucha -por ser autosuficiente, por aprender nuevas cosas- pero al final sucumbe, sencillamente porque no se puede contra la soledad, y los ancianos son solos en un mundo de jóvenes.
Refunfuñando cada que escuchemos las noticias declararemos que el pasado que vivimos fue glorioso ante la risa sarcástica de nuestros nietos, en la hora que el destino -y la vejez- nos alcancen.
Para entonces, como ahora, nos caerá la noche encima con sus interminables, solas, dolorosas horas...
La princesa y el guerrero/2000
Birkenhof es al parecer la impecable, moderna y tranquila localidad donde se desarrolla esta película que protagoniza Franka Potente, quien es Sissi, una joven asistente en el hospital psiquiátrico de la ciudad que vive en el mismo edificio.
Me llama la atención que el director haya tratado temas fuertes y en algún caso sórdidos con una poética particular que enfatiza con las tomas, el color, la música y sobre todo, en la tensión perceptible en la casi hierática Sissi, aunque en general el tono de la película es una especie de contrapunto entre la contensión y la explosión, pues es palpable la lucha permanente de los enfermos mentales contra los demonios de su enfermedad.
Con recorridos que dejan ver esa ciudad que de alguna manera también es personaje, me resultó interesante observar esas vidas desgarradas y trágicas, las dramáticas condiciones que conducen a los personajes a tomar decisiones que al mismo tiempo parecen acontecimientos desencadenados o extraídos de un oráculo, sin sentirme empujada a la conmiseración y acompañando a los protagonistas por sus particulares viacrucis sin terminar rasgándome las vestiduras ni moqueando.
Presenciar esos dramas manejados con mucho acierto, sensibilidad y talento por parte del joven director fue un descubrimiento, lástima que en la película no tuvieran subtítulos los comentarios del director.
Las tomas de la cámara son creativas, interesantes, y hacen que uno sienta que está en medio de las acciones, o en el mismísimo centro de los personajes. Quizá sea una lección cuando Sissi y Boldo, perseguidos por la policía, son localizados debido al aviso de uno de los enfermos, y deciden que es la hora de tomar cada uno las riendas de sus vidas, y en acuerdo tácito se lanzan al vacío -metafórico y físico- de una relación que ni siquiera saben si existe. Al cruzar esa línea de fuego ambos obtienen la lucidez para dejar en el pasado sus tragedias y angustias y se dirigen al mar, -anhelo y origen- para entregarse con inocencia a la búsqueda propiia y la del otro, su pasión y sus sueños.
La película requiere lecturas cuidadosas, reflexión, y repaso, porque mientras escribo me voy dando cuenta de más detalles que no había detectado.
Muy recomendable, se renta en los videos... aunque a mí me la prestó una amiga.
Comentarios