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En la madrugada

Recibí una llamada de mi prima Marina desde Querétaro. No es común que llame, y menos a esa hora: ¿malas noticias? Pues sí: mi tía Olga, hermana de mi madre, en el hospital y grave.
Mi tía Olguis es la hermana menor de la familia. La recuerdo muy voluntariosa, con un carácter que la hizo rechazar al novio en plena oficina del registro civil. Y en cambio, con pánico a los aviones, por eso no viajaba.
La recuerdo también muy cariñosa, como todas mis tías, que cuando me hablan, me hacen sentir pequeña y adorable. Igualmente, era divertida, que es una vena que se da mucho en la familia de mi madre.
Ha tenido en su vida una política de hacer lo que quiere, aunque incluye hacerse daño por no seguir dietas ni instrucciones médicas, creo que eso también es parte del carácter familiar -recuérdese mi hermano-.
En estos momentos en que su vida está comprometida -ya no le funciona un riñón, tiene algo en los pulmones, etc.- no puedo sino pedir a Dios que a todos nos cobije y que a ella le de luz y fortaleza para cualquiera que sea el paso que tenga que dar.
Merece lo mejor: vivir o morir en paz.
Que el Señor nos ayude.

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