Ahora resulta que me aqueja una reuma en la mano y en un pie. Raro, porque hay que convenir en que el frío no está tan intenso como en los días pasados, en los que anduve temblando dentro de la casa y no podía dormir.
No sé si será el frío o este silencio que aunque no lastima, pesa. Siempre he dicho que me agrada el silencio porque deja que mis oídos, tan sensibles, descansen. Pero hay de silencios a silencios. Y el de esta noche es uno negro y fuerte como el café, como el dolor, como la ausencia...
No sé si será el frío o este silencio que aunque no lastima, pesa. Siempre he dicho que me agrada el silencio porque deja que mis oídos, tan sensibles, descansen. Pero hay de silencios a silencios. Y el de esta noche es uno negro y fuerte como el café, como el dolor, como la ausencia...
Comentarios