Desde aquí me uno a las expresiones de reprobación hacia los actos terroristas que nuestros paisanos de Morelia sufrieron en plena Noche Mexicana.
Había escrito que no teníamos mucho que festejar sin imaginar que todavía faltaba ver la grotesca cereza en el pastel de la violencia.
Cuánto dolor, cuánta vergüenza ver lo que sucede porque sabemos que no nace de un día para otro, que la indolencia y la incapacidad, los intereses propios por encima de todo por parte de los gobiernos, nos han conducido a esto que vivimos, que a estas alturas pareciera un cadalso, un pasadizo como la casa del jabonero que nos pone en jaque, que nos llena de temor y rabia.
Mayormente mujeres fueron las fallecidas en el atentado terrorista. Hay varios amputados. Pero en México todos somos amputados: nos cercenaron la dignidad y la esperanza, nos tienen incapacitados para tomar conciencia de que este país no puede seguir en manos de ignorantes deshonestos.
Para que no perdamos la memoria, para que recordemos parte de lo que se ha perdido, aquí los versos del poeta Chava Flores, quien como nadie supo transmitirnos su manera de ver y amar a México por medio de sus canciones:
Mi México de ayer
Una indita muy chula tenía su anafre en la banqueta,
su comal, negro y limpio freía tamales en la manteca;
y gorditas de masa, piloncillo y canela,
al salir de mi casa compraba un quinto para la escuela.
Por la tarde a las calles sacaban mesas limpias y viejitas
nos vendían sus natillas y arroz con leche en sus cazuelitas
rica capirotada, tejocotes en miel
y a la noche un atole tan champurrado que ya no hay de él.
Estas cosas hermosas, porque yo así las ví,
ya no están en mi tierra, ya no están más aquí.
Hoy mi México es bello como nunca lo fue
pero cuando era niño tenía mi México un no sé qué.
Empedradas sus calles eran tranquilas, bellas y quietas;
los pregones rasgaban el aire limpio: vendían cubetas,
tierra pa' las macetas; la melcocha, la miel,
chichicuilotes vivos, mezcal en penca y el aguamiel.
Al pasar los soldados salía la gente a mirar inquieta,
hasta el tren de mulitas se detenía oyendo la trompeta,
las calandrias paraban, sólo el viejito fiel
que vendía azucarillos improvisaba su verso aquel:
"Azucarillos de a medio y de a real
para los niños que queran mercar"...
Para quienes no conozcan:
Anafre es el fogón de carbón en donde se pone el comal
El piloncillo es un dulce hecho de caña
La capirotada es un dulce preparado con pan frito, queso, pasitas y miel.
Los tejocotes son frutas que se preparan en almíbar y se usan en ponches navideños
El champurrado es un atole con masa de maíz disuelta
Los chichicuilotes son como pollos
Los azucarillos no me tocaron pero debe ser azúcar derretida con la que se forman bolas y se comen como caramelos. En Zacatecas todavía las hay en dulcerías.-
Había escrito que no teníamos mucho que festejar sin imaginar que todavía faltaba ver la grotesca cereza en el pastel de la violencia.
Cuánto dolor, cuánta vergüenza ver lo que sucede porque sabemos que no nace de un día para otro, que la indolencia y la incapacidad, los intereses propios por encima de todo por parte de los gobiernos, nos han conducido a esto que vivimos, que a estas alturas pareciera un cadalso, un pasadizo como la casa del jabonero que nos pone en jaque, que nos llena de temor y rabia.
Mayormente mujeres fueron las fallecidas en el atentado terrorista. Hay varios amputados. Pero en México todos somos amputados: nos cercenaron la dignidad y la esperanza, nos tienen incapacitados para tomar conciencia de que este país no puede seguir en manos de ignorantes deshonestos.
Para que no perdamos la memoria, para que recordemos parte de lo que se ha perdido, aquí los versos del poeta Chava Flores, quien como nadie supo transmitirnos su manera de ver y amar a México por medio de sus canciones:
Mi México de ayer
Una indita muy chula tenía su anafre en la banqueta,
su comal, negro y limpio freía tamales en la manteca;
y gorditas de masa, piloncillo y canela,
al salir de mi casa compraba un quinto para la escuela.
Por la tarde a las calles sacaban mesas limpias y viejitas
nos vendían sus natillas y arroz con leche en sus cazuelitas
rica capirotada, tejocotes en miel
y a la noche un atole tan champurrado que ya no hay de él.
Estas cosas hermosas, porque yo así las ví,
ya no están en mi tierra, ya no están más aquí.
Hoy mi México es bello como nunca lo fue
pero cuando era niño tenía mi México un no sé qué.
Empedradas sus calles eran tranquilas, bellas y quietas;
los pregones rasgaban el aire limpio: vendían cubetas,
tierra pa' las macetas; la melcocha, la miel,
chichicuilotes vivos, mezcal en penca y el aguamiel.
Al pasar los soldados salía la gente a mirar inquieta,
hasta el tren de mulitas se detenía oyendo la trompeta,
las calandrias paraban, sólo el viejito fiel
que vendía azucarillos improvisaba su verso aquel:
"Azucarillos de a medio y de a real
para los niños que queran mercar"...
Para quienes no conozcan:
Anafre es el fogón de carbón en donde se pone el comal
El piloncillo es un dulce hecho de caña
La capirotada es un dulce preparado con pan frito, queso, pasitas y miel.
Los tejocotes son frutas que se preparan en almíbar y se usan en ponches navideños
El champurrado es un atole con masa de maíz disuelta
Los chichicuilotes son como pollos
Los azucarillos no me tocaron pero debe ser azúcar derretida con la que se forman bolas y se comen como caramelos. En Zacatecas todavía las hay en dulcerías.-
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