Pues sí, tengo que agradecer públicamente a la poeta Lya Naranjo, de Ecuador, haber tomado la decisión de incluirme junto con otras poetas para recibir este premio que a su vez le fue otorgado a ella por Cecilia Ortiz, poeta argentina.
Me alegra mucho recibir un premio semejante, es decir, a la calidez. En estos convulsos tiempos en los que hambre, pobreza y guerra siguen siendo azotes es un remanso darse cuenta de que hay quienes todavía aprecian ese pequeño gesto amable, oasis reflejado en unas páginas o blogs en donde a veces encontramos capullos de esperanza.
En los enlaces que muestra mi blog encontrarán la vía para conocer a las otras poetas premiadas por Lya: Peggy Bonilla, Laura Novoa, Lauri García y María Tabares.
Un abrazo a todas.
Me alegra mucho recibir un premio semejante, es decir, a la calidez. En estos convulsos tiempos en los que hambre, pobreza y guerra siguen siendo azotes es un remanso darse cuenta de que hay quienes todavía aprecian ese pequeño gesto amable, oasis reflejado en unas páginas o blogs en donde a veces encontramos capullos de esperanza.
En los enlaces que muestra mi blog encontrarán la vía para conocer a las otras poetas premiadas por Lya: Peggy Bonilla, Laura Novoa, Lauri García y María Tabares.
Un abrazo a todas.
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Un abrazo, Patricia