Estoy emocionada porque nuevamente mis amigas de Huajuapan y yo haremos de las nuestras. Nos pusimos de acuerdo para que imparta yo un taller de Patrimonio Cultural Intangible en algunas comunidades de Huajuapan. Martha y Alicia Olivera ya enlistaron a cinco escuelas y el museo local.
La idea es provocar que los niños valoren su patrimonio para que lo conserven, defiendan y transmitan, principalmente su lengua, que es un tesoro del cual actualmente muchos se avergüenzan debido a la discriminación de que son víctimas. Además resulta que prefieren aprender inglés ¡olvidando su propia lengua! No convencería a nadie para desistir de aprender algo nuevo, así que intentaré convencerlos de lo mucho que tienen y deben apreciar.
Hace tiempo Conaculta y la Universidad Autónoma Metropolitana ofrecieron un diplomado en línea que duraba un año, sobre Cultura Infantil. Me alegro haberlo tomado y acreditado porque entre los temas estuvo precisamente el del Patrimonio Cultural en la Infancia y justamente estoy releyendo la bibliografía.
Nada me emociona tanto como preparar el material cuando voy a dar talleres. Me gusta contemplar la sorpresa en los ojos de los niños cuando descubren cosas o cuando pueden expresarlas.
Estamos sufriendo mucho por ahora para conseguir el dinero para mi pasaje, que es el único gasto que habrá que pagar sobre el taller porque lo doy voluntario, y con gusto pagaría el boleto si pudiera. Es a veces una desgracia vivir tan lejos del centro porque con lo que cuestan los pasajes en este país resulta como sacarse la lotería poder viajar al centro...
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