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Cecilia Suárez en Párpados azules


Por fin vimos la película que habíamos intentado ver en la macro plaza del mar y no se pudo porque dijeron que venía dañada. Fuimos a los anteriormente llamados Cinema Star que para variar ya son Cinepolis y ahí pudimos verla.
Desde la primera vez que vi a Cecilia actuar en una película hace muchos años, me gustó mucho su manera de interpretar y como nunca la había visto y le sentía un acento raro creí que era extranjera pero resultó ser norteña, me parece que de Torreón.
Desde entonces verla en cartelera me parece una garantía si no de buena película, al menos de buena interpretación. Y anoche confirmamos eso.

La película aborda la soledad de ciertos personajes inmersos en la gran urbe que aparece como otro personaje en la película. Pero es una ciudad como ellos, los solitarios que viven como si estuvieran en otra época, no se han actualizado porque se encuentran encapsulados como los barrios donde viven o el trabajo que hacen o los muebles que tienen. Parece que correspondieran a otra época y estuvieran en la actual totalmente perdidos.

Me acordé mucho de mis años veintes, cuando esa pesadez me hacía sentir inmóvil, esa soledad me provocaba un hueco en el estómago y sentía que el tiempo no transcurría para mí igual que para los demás. No tenía a quién llamar por teléfono ni a dónde ir que no fuera sola y muchas veces lloré ansiando que al menos una tarde hubiera alguien conmigo. Y eso era en los días. En las noches, que eran más eternas, escuchaba la radio hasta que amanecía construyendo historias con cada canción que escuchaba, a veces sintiéndome protagonista de todas esas canciones adoloridas y a veces imaginando que era todo lo contrario. Era una vida difícil en una ciudad en la que todos son anónimos y tienen tanto por hacer que no pueden pensar en el semejante. Una vida en un lugar al que me había visto forzada a llegar, porque nunca había estado en mis planes vivir en la capital.

Y es precisamente esa soledad, ese dolor contenido, esa mirada permanentemente acuosa y la voz llena de monosílabos lo que Cecilia Suárez interpreta espléndidamente. Quien escribió el guión también sabía de lo que hablaba, aunque en realidad no es difícil sentirse así alguna vez o por algún tiempo, lo difícil es comunicarlo así, de esa manera casi visceral que sin embargo no nos deja desgarrándonos las vestiduras.

Bien por este repunte del cine mexicano que tuvo una laguna enorme en años anteriores. Apoyemos.

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